lunes, 9 de septiembre de 2013

ARLEQUINES DE LA ÉLITE


Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Lo que faltaba dentro del circo para engalanar el folclorismo y grandeza en el cómico ambiente característico del pueblo colombiano, lo observamos en la pasada semana, por un lado ‘Pachito’ Santos dizque no duerme pensando en ser presidente de la República de Colombia, por el otro, nuestro jefe de Estado ‘Juanma’ Santos, declarándose directamente a su afición de querer continuar forjando patria… no se los puede juzgar, al fin y al cabo son herederos de un poder político y económico provenientes del doctor Eduardo Santos, quien gobernara al país en los años cuarenta del siglo XX.

No se puede entender, mucho menos creer, que dos personajes de la misma casta, del mismo negocio, de igual gusto en la comida y bebida y visitantes de los mismos clubes, ahora se ‘tiren piedritas’ como dos culicagados cuando no se ponen de acuerdo en el color de sus juguetes o no quieren prestarse los mismos… cada vez, este rifirrafe de dos Santos sabe más a un capricho de ‘hijo de papi’, que a un verdadero sentir de la política.

Medios de comunicación a diario vienen publicando semejante ridiculez que solo conlleva a exterminar la poca credibilidad que existe en la política colombiana. Son tan irresponsables algunos periodistas que dan por hecho que el exvicepresidente será fijo candidato  en las próximas justas presidenciales, ahora dizque del ‘Centro Democrático’, cuando lo que al fondo se palpa es el afán por controlar el circulo elitista, con el único objeto de no perder el control del poder, y de esta manera continuar con las propuestas privatizadoras propias de un gobierno oligarca y mercantil.

En el mismo sentido, rondan otros aspirantes de genes presidencialistas provenientes de estirpes que en su momento fueron las ‘vaquitas que más cagaban’, marcando una inolvidable huella que hoy el pueblo aun no puede superar como el fortalecimiento del bipartidismo y sometimiento de los movimientos políticos minoritarios, que en otras palabras denominaron ‘transformación nacional’.

Queda menos de un año para que Colombia tenga nuevo mandato presidencial, es posible que continuemos con el mismo baile, o puede que se cambie de pareja pero con igual música; de todas maneras ‘las cartas están echadas’, o como decimos en el argot popular: ‘la calavera es ñata por donde se le mire’, es limón o vinagre.

El sistema no cambiara; la política comercial seguirá imponiéndose sobre el bienestar social. Los TLC, privatizaciones y violaciones de los derechos inalienables e imprescriptibles serán pan de cada día.

Desafortunadamente la verdadera oposición al proceder capitalista gubernamental se encuentra estancada, hay momentos y es para entenderse, que es demasiado difícil luchar contra figuras institucionales estatales o privadas que no cumplen su función para lo que fueron creadas, sino que se dedican a servir intereses del gobierno central o del capital. Judicializaciones, intersecciones electrónicas, persecuciones, y otras acciones, son las que se mira contra el altruismo y la sana política en beneficio de la gente vulnerable.

Pero estos comportamientos no son de ahora; son vejámenes que vienen arraigados desde el famoso “Frente Nacional”, que no fue más que una coalición político-electoral, con el fin de beneficiar a los dueños de los partidos políticos tradicionales, Conservador y Liberal.

Este pacto clientelista, se caracterizó por repartirse en partes iguales la burocracia regional y nacional por el espacio de diez y seis años consecutivos; empezando con la presidencia del liberal Alberto Lleras Camargo (1958), hasta la del conservador Misael Pastrana Borrero (1974).

Fue tan fuerte esta actividad, que sus reflejos se sintieron hasta en la presidencia de Virgilio Barco Vargas. Es verdad, que esta alianza en algún momento tuvo justificación por la violencia desatada en 1948; pero también es cierto que fue la gran oportunidad para fortalecerse y enraizarse como partidos, desconociendo el pensamiento de muchísimos compatriotas que nunca han compartido ideales y procederes de estos grupos políticos.

Hoy, aunque no se denomine Frente Nacional, son los herederos de estos personajes los que imponen sus caprichos para seguir cumpliendo con la promesa que les hicieron a sus viejos de continuar en el poder, gobernando y administrando esta finca llamada ‘Colombia’. Son los arlequines de la elite del siglo XXI, los que tienen la responsabilidad de cultivar la hegemonía económica y apellido.

1 comentario:

  1. Muy buena columna! me parece que ya es hora que el pueblo colombiano despierte y se espavile de la desgracia de estos mandatarios, que no hacen mas que ir en contra de los intereses del pueblo que los eligió

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