miércoles, 27 de julio de 2016

Una gesta más

Por Iván Antonio Jurado Cortés

En medio de la adversidad y desidia gubernamental, el deporte de mayor exigencia en el planeta vuelve a darle alegría a un pueblo que ha puesto sus ojos en sus embajadores de excelencia, como en los viejos tiempos. No cabe duda que las gestas deportivas de mayor impacto que han alterado el corazón de millones de compatriotas a través del tiempo han sido las de ciclismo. Sin demeritar por supuesto a deportistas de otras disciplinas que hacen lo propio.

Desde el análisis físico y de preparación, los profesionales del ciclismo, son la esencia de la disciplina y compromiso. De los 365 días del año, el 98% de ese tiempo lo invierten en el estado atlético. Lo único claro que tienen en la mente es gozar de condiciones ideales para defender el honor y ese sano orgullo de la tierra, dueña de su descendencia. Aunque sus mismos dirigentes a veces no capten la dimensión de este esfuerzo deportivo, no es argumento para que estos gladiadores movidos por la sed de triunfo, interrumpan sus decisiones.

El fervor colombiano en su mayoría es mediático. No puedo desconocer que algunas pasiones cautivan hasta las personas más desprevenidas; esas ajenas a cualquier eventualidad, dedicadas solo a producir sin darse cuenta que existe un mundo a su alrededor que exige constante simbiosis. En este orden, el ciclismo es el deporte de mayor admiración, siendo el esfuerzo físico la razón primordial. Sin lugar a equivocaciones, es la disciplina que llega al corazón sin restricción alguna.

Desde el más chico hasta el adulto mayor, todos celebran y están informados de cada pedalazo dado por un escarabajo en Europa o cualquier lugar del mundo. Cada época se ha engalanado con sus protagonistas del momento: Ramón Hoyos Vallejo, Efraín Forero Triviño, Hernán Medina Calderón, Giovanni Jiménez; pedalistas que la vulnerable historia deportiva-cultural de Colombia ha sumergido en el más profundo de los polvorientos anaqueles. Sin embargo, fueron ellos, quienes les dieron el brillo colombiano a gobiernos obtusos que no se perfilan más allá de sus narices.

En la década de los 80 y 90, fueron otros los tenores de este ilustre deporte; salen a luz guerreros ajustados a la tecnología de ese entonces: Martin Emilio Rodríguez, Luis Alberto Herrera, Santiago Botero, Rafael Antonio Niño, Fabio Enrique Parra Pinto, Gonzalo Marín, Francisco Rodríguez, Martín Ramírez, Alfonso Flórez Ortiz, Marlon Pérez, Fabio Duarte, Norberto Cáceres, Patrocinio Jiménez, Mauricio Soler, Gustavo Rincón, Víctor Hugo Peña, Álvaro Pachón Morales, Álvaro Mejía Castillón, Oliverio Rincón, Pablo Wilches, Luis Hernán Díaz, Javier Suarez , Jaime Galeano Rúa, Edgar García Pérez, Oscar de Jesús Vargas, John Jaime González, José Castelblanco, Rogelio Arango, Omar Hernández, Plinio Casas, Samuel Cabrera, William Palacio, Abelardo Rondón, Carlos Mario Jaramillo, Rubén Darío Gómez, José Execilino González.

Hoy, cuando las nuevas generaciones exigen resultados a sus atletas en las distintas facetas deportivas, son los dueños de las ásperas y empinadas vías, los que sacan a relucir la casta criolla y sacian antojos de triunfo. Los mismos que se imponen en los más elegantes escenarios donde las bielas son la herramienta de trabajo. La efervescencia patriota brota por los poros de los aficionados al escuchar en las no emotivas transmisiones, nombres de personalidades que engalanan nuestro ego colombiano. Estamos en la época de fina tecnología que nos permite en cuestión de segundos saber de las hazañas de nuestros créditos ciclísticos.

La oportunidad es nuestra, de sentir orgullosamente ecos de ataque en la montaña; descensos vertiginosos a más de 90 km/hora y pisadas en distintos pódiums del globo terráqueo. Cada vez que exista un ciclista colombiano recorriendo carreteras en el planeta, preparémonos para la más exquisita emoción, y por supuesto, esperar triunfos. Son esperanzas transformadas en envidiables realidades: Nairo Quintana, Rigoberto Urán, José Serpa, Winner Anacona, Julian Aredondo, Jarlison Pantano, Sergio Luis Henao, Darwin Atapuma, Esteban Chávez, Fabio Duarte, Miguel Ángel Rubiano, Carlos Quintero, Oscar Sevilla, Alex Cano, Leonardo Duque, Walter Pedraza, Brayan Ramírez, Rodolfo Torres, Juan Pablo Valencia, entre otros destacables.


Por el momento se ha bajado el telón; es un corto receso mientras nuestros honorables embajadores se preparan física y mentalmente para otra proeza más; esperando que suene la campana y las cadenillas entren nuevamente en acción, poniendo a vibrar a millones de colombianos ansiosos de escuchar y mirar cosas buenas que nos enorgullezcan realmente. Mi reconocimiento para estos majestuosos campeones, representantes de un país que aclama y sueña con mejor condición de vida.

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