Por Iván
Antonio Jurado Cortés
Se había
demorado nuestro ejecutivo nacional con sus frases célebres. Ya nos tiene
acostumbrados con sus comentarios aligerados e insípidos, que causan irritación
en la sensibilidad nacional. El último acontecimiento se relaciona con las
alteraciones de salud de varias jóvenes en Carmen de Bolívar, costa atlántica.
Según los afectados, desde la aplicación de la vacuna contra el papiloma
humano, estas mujeres alteraron en su comportamiento a raíz de afectaciones
físicas y psicológicas. Hecho discutido en diferentes escenarios sin llegar a
conclusiones finales.
Cuando el
caso se volvió noticia nacional, el presidente de la República da un parte de
tranquilidad a sus representados, defendiendo vehementemente la seguridad de la
vacuna, argumentando que solo es un acto de ‘sugestión colectiva’, exacerbando
los ánimos de familiares y comunidad en general. Aunque hasta el momento todo
es materia de investigación, las dudas aumentan en torno al polémico tema.
No es para
nada un descubrimiento hablar de ‘sugestión colectiva’, entendiendo que es
parte de un proceso psicológico mediante el cual personas, medios de
comunicación, libros, y toda clase de entes que manipulen conceptos y sean
capaces de emitir información pueden guiar, o dirigir, los pensamientos,
emociones, sentimientos o comportamientos y estados físicos de otras personas.
Y en esto sí que son especialistas nuestros políticos, quienes con su carisma y
actitudes embrujadoras manipulan a su gusto y gana el cerebro popular.
Se le
reconoce al señor Juan Manuel, cuando dice sin titubear que en esa localidad
costeña hay ‘sugestión colectiva’; lo que no puede ocultar es que en el resto
de Colombia también existe este problema. Para el investigador de psicología
del siglo XIX, William James, los términos sugerir y sugestión se usaban en un
sentido muy restringido y relacionado, y siempre dentro de un discurso común.
Se decía una idea para sugerir otra y se hablaba de sugestión cuando esto
implicaba la llegada de otra idea a la mente.
Lógicamente
que la sugestión es producto de un principio hipnótico, basada en el reflejo de
ideas operativas. Ahora que el jefe de estado tocó el asunto, muchos
colombianos se preguntan desde cuando la población del ‘Corazón de Jesús’ viene
inmersa en una ‘sugestión colectiva’, y hasta cuando continuará así. Afortunada
o desafortunadamente, para salir de este estado levudo, solo depende de la
determinación ciudadana.
Desde el
Congreso de la República se empieza a cocinar propuestas dirigidas a continuar
subyugando el poder del constituyente primario, entendiéndose igualmente como
una ‘sugestión colectiva’ contra los interese populares.
Santos
Calderón presentó al órgano legislativo la famosa reforma constitucional
denominada ‘reforma al Estado’, entre los que se contempla artículos relacionados
con el equilibrio de poderes, eliminación de la reelección presidencial, que
desde ya causa alergia entre los congresistas.
Hablar de
‘sugestión colectiva’, es hablar de la parálisis emocional que sufrimos los
electores al momento de proceder en beneficio propio. Ahora que se puso de moda
la hipnosis popular, es fácil determinar el gran error, producto del encanto
neoliberal que constriñe decisiones y fractura acciones, nocivas al deseo
nacional.
Necesariamente
hace falta especialistas, pero no psicólogos, sino líderes que rompan
paradigmas convencionales y deshagan el encanto de la ‘sugestión colectiva’.
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