Por Iván Antonio Jurado Cortés
Van
más de cuarenta y cinco días que se intensificaron las acciones bélicas de
Israel contra el pueblo palestino en el medio oriente. Las razones, las mismas
de siempre, solo que hoy, es una predeterminación auspiciada directamente por
Estados Unidos de América. Nadie tiene duda que el estado israelí es una
marioneta de los ‘yanquis’. Para el gobierno de Obama no tiene importancia las
recomendaciones emitidas por la Organización de las Naciones Unidas; nunca
pierden la oportunidad para hacer alarde de su poderío militar y político.
Obviamente
que es una hipocresía gringa. A finales del año 2009, el presidente de la nación
del `Tío Sam’, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, por haber
"creado un clima nuevo para la política internacional". Los miembros
del Comité Nobel Noruego expresaron que gracias a Barack Obama, "la
diplomacia multilateral ha recuperado su posición central y ha devuelto a las
Naciones Unidas y otras instituciones internacionales su papel
protagonista".
Se
pensó en su momento que Obama, al ser negro y de clase modesta, permitiría un
gobierno incluyente, más liberal y condescendiente con las masas menos
favorecidas; ha transcurrido el tiempo, y lo que el mandatario ha demostrado no
sido más que una actitud hipócrita, resignada a la voluntad del poderío ultraderechista
y capitalista. Finalmente no se ha encontrado diferencia entre su antecesor
George W. Busch, por el contrario, su posición como presidente se ha tornado más
peligrosa, porque no se puede detectar las verdaderas intenciones. A diferencia
del expresidente Busch, que era de un solo corte.
Después
de una corta tregua, donde por presión ‘yanqui’, el primer ministro israelí,
unilateralmente se levanta de la mesa, la comunidad palestina se prepara para
seguir afrontando más invasión y arbitrariedad de mercenarios extranjeros, con
sello judío. Desde 1947, persiste una resistencia que a veces desfallece, pero
cuando la irritación penetra en la sangre islámica, el orgullo se reestablece y
la lucha por la dignidad y soberanía continúa.
Aproximadamente
el 40% de su territorio ha sido sustraído por la legión invasionista,
aumentando la densidad poblacional, conllevando progresivamente al hacinamiento
humano. Perfectamente se identifica la intención israelí-gringa de achicar los
espacios territoriales palestinos, obligándoles a salir de su estado,
facilitando el debilitamiento institucional y generando filtraciones para la
intromisión definitiva de imperialistas occidentales.
La
mayoría de países latinoamericanos han manifestado de diferentes maneras
rechazo por la intervención sanguinaria de Estados Unidos y su súbdito Israel
contra la inerme población palestina. Colombia, no lo ha hecho, no lo hará como
estado, porque su patrono Obama ha prohibido todo tipo de manifestación
solidaria en favor de los oprimidos. Es una vergüenza nacional, que hasta
nuestras propias libertades sean restringidas y condicionadas al capitalismo
extranjero. No comprendo como un gobierno que dice buscar la paz para su gente,
no eleve una voz de protesta contra las injustificadas acciones guerreristas
del imperio ‘gringo’.
Se
equivoca la Academia Sueca, al argumentar que la política del gobierno
norteamericano cumple un papel más constructivo en todo el mundo. Ese premio ‘Noble
de Paz’, seguirá siendo un contentillo a una presión diplomática por conveniencia.
Es una absoluta zalamería.
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