lunes, 2 de diciembre de 2013

CUENTOS DE MI PUEBLO

Por Iván Antonio Jurado Cortés

Con lo sucedido hace unos días en un hospital de la capital colombiana, respecto al reciclador que fue atacado y supuestamente asesinado por sus ‘parceros’, a raíz de una riña derivada del consumo de sustancias psicoactivas, y que después de 45 minutos ‘resucitó de entre los muertos’ para continuar viviendo,  se confirma que nuestra nación es una de las más ‘folclóricas’ del mundo, ya que este tipo de historietas solo se ven o escuchan en novelas supersticiosas.

Este cuento como el de la minifalda son consecuencia de nuestra ardua sobrevivencia en medio de tanta laceración psicológica y a veces física, culpa de los esquemas estatales equivocadamente diseñados para una patria que por momentos parece boba.

Aunque este tipo de fantasías de alguna manera contribuyen a la distracción de mentes agobiadas por la permanente crisis social que entorpecen la tranquilidad y desarrollo de este país, hay otros cuentos que definitivamente van lanza en ristre contra la integridad del ser humano, en este orden cabe perfectamente mencionar historietas como: reforma a la salud, acuerdos del gobierno con el sector productivo, inmunidad militar y el que reboso la copa: ‘partido Uribe Centro Democrático’.

Es cierto que la política colombiana ha vivido lapsos históricos algunos más degradantes que otros, resaltando el famoso ‘Frente Nacional’, coalición político-electoral formada por la hegemonía partidista, con el fin de beneficiar a los dueños de los partidos políticos tradicionales, Conservador y Liberal. Este pacto clientelista caracterizado por la repartición en partes iguales de la burocracia regional y nacional por espacio de 16 años consecutivos, demolió a su paso pensamientos pluralistas de millones de compatriotas que nunca compartieron ideales y procederes de estos grupos políticos.

Muchos dirán que cada época es diferente, y que la política es dinámica y se ajusta acorde a las circunstancias y espacio, podría haber parte de razón en estos argumentos- pero lo que no se justifica es el sometimiento del entendimiento popular a caprichos caudillistas, enfocados exclusivamente a controlar el circulo capitalista, con el propósito de no perder el poder, y de paso continuar con las propuestas privatizadoras propias de un gobierno oligarca, mercantil y mezquino.

Pero la ‘mierdita que no tapó el gato’ en pleno siglo XXI ha sido la conformación del partido ultraderechista ‘Uribe Centro Democrático’, aunque suene burlón o ridículo, es una fuerza neoliberal que prevé la ‘redención de los oprimidos’ (voz mesiánica) de uno de los gamonales más cuestionados de las últimas décadas. Se dice que será el Consejo Nacional Electoral quien finalmente avale o rechace semejante exabrupto que indudablemente marcará la historia política-electoral de este país.

Si nada entorpece la intención paisa, mañana serán los Santos de la U o Lleras de la G, los nuevos nombres de las sociedades partidistas para proseguir entreteniendo las masas populares, soñadoras y equivocadamente convencidas de que la salvación está en manos de estos comerciantes de la dignidad humana.

Permitir que este cuento paisa se sobreponga a cualquier proceso de participación ciudadana, es aceptar que se ha perdido el rumbo socio-político, permitiendo el fortalecimiento de la esclavitud electoral y por ende enfilarse a un sometimiento burocrático extirpador de la autonomía ciudadana.


Estamos a puertas de unas elecciones parlamentarias y presidenciales, donde solo se observa y escucha propuestas aligeradas en busca de un endemoniado poder, más no de soluciones estructurales a tanto problema de marca mayor. Seguimos de cuento en cuento…

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