lunes, 23 de septiembre de 2013

‘ESTRATEGIA CELESTIAL’


Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Como buen santo, el doctor Santos con su equipo colaborador ha puesto las ‘cosas en orden’, después de 18 días de permanentes manifestaciones populares expresadas en bloqueos de vías, marchas, en fin, hoy el ejecutivo colombiano se prepara para revisar los famosos ‘acuerdos’ que en medio de la presión y desesperación se pactaron con los distintos gremios de la producción nacional. Esta vez sus acciones populares de alguna manera lograron frenar esta emancipación agraria.

El Jefe de Estado colombiano tuvo que recurrir a diferentes estrategias con el objeto de aplacar una ‘bruma’ que aceleradamente cauterizaba cualquier aspiración a una posible reelección presidencial. Como mecanismo convincente ante la opinión pública, persuade a sus ministros y presentan ‘renuncia protocolaria’, cuyo propósito era poner a disposición del gobierno la continuidad o renuncia a sus cargos, todo por el ‘bienestar social’ del país. Aunque fue una medida con tintes populares, logra que una parte de la ciudadanía nacional calmara los ánimos que hasta hace unos días estaban demasiado alterados, volviendo a renacer una chispa de esperanza.

Lógicamente que dentro de las renuncias era obvia la dimisión de los jefes de Agricultura, Interior, Justicia, entre otros, que pasaron sin pena ni gloria en la administración del señor Santos Calderón. Sin embargo, lo que verdaderamente ha motivado a los sectores de la producción a bajar la guardia y retomar la disposición del diálogo y concertación, fue la creativa y decidida actitud por parte del presidente de la República para hacerle frente a esta convulsionada situación social,  que ha dejado incalculables pérdidas sociales y económicas, sumado un inmenso sinsabor y desilusión gubernamental.

Los famosos ‘acuerdos’ tácticamente calculados para empezar a ejecutarse después de seis meses, caben perfectamente en la llamada ‘estrategia celestial’, proveniente de un Santos habilidoso, que sin lugar a dudas tendrá efectos electorales a su favor. Ahora la boleta queda así: “para cumplir estos compromisos pactados entre campesinos y gobierno, lo ideal es que continúe el actual presidente”, convirtiéndose en estribillo de campaña; y no es para menos, ya que los acuerdos logrados son solo resultado de gobierno más no de Estado.

Las medidas compensatorias han sido enmarcadas dentro del ‘Pacto por el Agro y el Desarrollo Rural’, nombre dado por el mismo ejecutivo y aplaudido por los sectores en conflicto. Hoy todos viven de la esperanza y confían en la palabra reflejada en una efectiva firma presidencial. La ilusión y futuro de los gremios de la producción nacional prácticamente han quedado en manos del actual mandatario; razón para que los implicados se encomienden a todos los santos en especial a Santos, para volver realidad los sentidos pliegos de peticiones.

En todo este devenir de los últimos días los que han quedado mal parados son la mayoría de congresistas, lógicamente porque son ellos quienes aprueban o desaprueban leyes, en este caso, actos legislativos que afectaron profundamente la economía, salud, educación y por ende el estado social de los colombianos. Los TLC están grabados en la mente de los 46 millones de connacionales, hecho que desde su vigencia han generado rechazo e inconformismo por las desventajas de competitividad y perjuicios sociales que representan.

Se avecina una época electoral donde la convicción del constituyente primario se reflejará en decisiones, que de continuar el desánimo, se empezara a cambiar la historia política de esta rica nación pero pobre en determinaciones populares.

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