lunes, 30 de septiembre de 2013

‘ALETAZOS’ DE PODER… Amen


Por: Iván Antonio Jurado Cortes
Como es costumbre, por estos días empieza el agite político-electoral por todos los rincones de la patria, proceso liderado principalmente por congresistas en ejercicio y los que intentan llegar por primera vez a saborear la miel del poder legislativo. Así mismo, los intereses presidencialistas también hacen lo suyo desde el oficialismo y por supuesto la oposición. Desde el nivel local hasta el orden nacional, el objetivo es el mismo: ganar una continuidad o imponer nuevas figuras enmarcadas en un formato diseñado con enfoque neoliberal.

Es sorprendente que un expresidente de Colombia retrocediera en sus aspiraciones para volver a postular su nombre para el Congreso de la Republica. Esto es lo que sucede con el señor Álvaro Uribe Vélez, después de dos largos periodos presidenciales hoy intenta continuar con su proceder político desde el ente legislativo en calidad de Senador. Aunque la ley no lo impide, éticamente no está bien visto, ya que el máximo sueño de un connacional es llegar a ser presidente de Colombia, es la máxima dignidad que pudiera ostentar cualquier político y que después de cumplirla la tarea es conservarla hasta su muerte.

Antes de oficializarse esta noticia, ya se escuchaban rumores acerca de la participación del expresidente en las próximas justas electorales; aunque la mayoría de ciudadanos no creían ni se lo imaginaban haciendo parte del cuerpo legislativo, hoy, con su propia boca confirmo la ‘chiva’, hecho que puso en ‘brincos’ a sus inmediatos contendores.

Mientras se mastica la noticia, sus amigos y algunos adversarios manifiestan que será un congreso diferente a los demás, debido que se ‘enriquecerá el debate’. Otros políticos expresan que el exmandatario cambiara sus ataques en twiter por una discusión formalizada desde la Cámara Alta.

En fin, son muchas las opiniones referentes a la decisión tomada por este controvertido dirigente paisa; todos concluyen que estas elecciones tendrá un tinte especial, por la contundencia del personaje.

Sin embargo, esto no es lo importante, sino lo que está en juego: una demostración desaforada de poder político y económico, proyectada a desequilibrar un débil gobierno cada vez con mayor improvisación. Ya está definida la rivalidad entre Santos y Uribe, que no es ideológica sino una pelea mediática soportada en orgullo de mando y decisiones coyunturales, que en nada afecta la estructura del gobierno neoliberal fortalecido en los dos periodos de Uribe Vélez con el complemento de Santos Calderón.

Son ‘aletazos de poder’ de dos personajes que han contribuido para que hoy el país esté pasando por el peor desorden social, económico y político, el uno por mantenerse en el ‘timón’ por cuatro años más y el otro por demostrar que aun esta activo, y que podría con su nueva envestidura de congresista, frenar o entorpecer el proyecto político decidido por el actual ejecutivo y su combo.

Si en el momento, el rifirrafe de estos señores ha causado polémica en el país, confundiendo a miles de vulnerables ciudadanos, no me imagino el show que desde el Senado se podría presentar con la presencia del paisa.

Aquí no existe una lucha por la defensa del pueblo; dos políticos de corte conservador, elitista o arribista, jamás diseñaran o intentaran proceder con propuestas generosas en favor de la sana democracia o bienestar social. Por encima de ello, está el orgullo y la meta de conservar el poder en toda su plenitud e integridad, con el objeto de mantener una actitud esclavista y persuasiva, que al final de cuentas es una hegemonía conservadora, enclaustrada en la mente del constituyente primario y los constituidos.

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