Por:
Iván Antonio Jurado Cortés
En Colombia,
país conocido como el del “Corazón de Jesús”, pasa de todo, y cada vez nos
vislumbra la creatividad y astucia de millones de colombianas y colombianos que
se la juegan por supervivir, en fin, lo importante es imponer y cristalizar esa
ilusión en realidad.
Desafortunadamente,
sobrevivir en esta nación es el ‘pan de cada día’; son más de 30 millones de
compatriotas los que permanentemente se rebuscan el sustento de diferente
manera, muchos arriesgando la vida, y otros rompiendo el paradigma del concepto
‘bueno’. Es la disputa por coexistir.
Hoy en día
ser político en este país, es sinónimo de ‘pícaro’; desgraciadamente esta tan
estigmatizada esta palabra, que es hora de cambiar el significado o dejársela
para la denominación de mezquinos y politiqueros clientelistas, parásitos del
erario público.
Como en
cualquier escenario, no todos son malos, aunque con la degradación acelerada del
tejido social, cada vez son mayores los seudopolíticos que los verdaderos
líderes sociales. Es una lástima que por estos sinvergüenzas, mal miren a los
dirigentes íntegros y éticos que aun existen en toda la geografía nacional.
No se
puede ocultar ni existe la manera de opacar la voracidad y ambición de estos
‘pillos’, siempre con más fuerza, hasta el punto de perder el control e
inundarse en su propio repudio de deshonestidad e inmundicia.
Desafortunadamente,
ninguna de las organizaciones políticas se salva de este proceder endemoniado;
aunque algunos partidos están absorbidos completamente. Para muestra de lo
mencionado, la aprobación dizque de la ‘Reforma a la salud’, fue el último ‘golpe
bajo’ que ha recibido el pueblo, la democracia y la dignidad humana.
Esta semana pasará a la historia por la decisión
de estos traidores de la buena fe de millones de personas, confiadas que en
esta oportunidad los ‘padres de la patria’ impulsarían y aprobarían una reforma
que entendiera el dolor y padecimiento de los afectados.
Esta mafia
engendrada a raíz de la creación de las famosas Empresas Promotoras de Salud
EPS, viene sustrayéndole importantes recursos al país, superiores a otros
modelos de corrupción. Con esta desastrosa ley, estas figuras legalizadoras y privatizadoras
del dinero estatal, se han transformado en ‘gestoras sociales’; que en plata
blanca es: “la misma puerca con distinta guasca”.
Así como están las cosas, la polémica
‘reforma’ a la salud fue un juego de ajedrez, sin salirse de la formalidad del
mercantilismo, y proyectada a fortalecer aún más a estas empresas privadas,
quienes finalmente continuaran teniendo el control de los recursos públicos
presupuestados para la prestación de este servicio esencial.
Otro engaño más, que conllevará sin discusión
alguna al colapso total de este asesino sistema.
Colombia es de los pocos países en el mundo donde la salud es el negocio más
lucrativo, con la venia obviamente de los gobernantes de turno y la impotencia
popular.
Este estado latinoamericano se ha
caracterizado por la creatividad, habilidad y capacidad que tienen los
gobiernos de manipular y sobreponer ideas dentro de la legalidad, con el
propósito de formalizar su maquiavélico y voraz interés capitalista.
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