lunes, 15 de julio de 2013

‘PAÑOS DE AGUA TIBIA’

Por: Iván Antonio Jurado Cortés

No se puede desconocer que los ‘grandes’ dirigentes y funcionarios colombianos que comparten plenamente con este sistema neoliberal, además de egresar dizque de las mejores universidades del país o del exterior, se han convertido en especialistas para tramar y saber ‘sacar el cuerpo’ a cualquier exigencia popular por más engorrosa que sea. Prácticamente son buenos negociadores para los intereses capitalistas y nocivos a la mayoría del pueblo.

Aunque por algunos años desaparecieron las protestas, los sindicalistas y dirigentes sociales que siempre lideraban  a través de marchas, paros o vías de hecho la reivindicación de sus derechos, hoy, nuevamente muchos sectores de la sociedad nacional se han visto obligados a volcarse a las calles y poner su grito de protesta en contra de arbitrariedades o decisiones gubernamentales mal tomadas, que afectan directamente al ciudadano de a pie.

El estado letárgico de los oprimidos por más de diez años no fue porque en aquel tiempo la situación económica y social de la población era buena- todo lo contrario, fue una época de cambios estructurales en la manera de cómo callar al rebelde… ninguna persona podía hablar del gobierno de turno, mucho menos protestar con marchas u otro tipo de actos, debido que era estigmatizada hasta el punto de convertirse en enemiga del régimen o en el peor de los casos, ‘un guerrillero’. A esto, sumado la práctica ‘culebrera’ y embaucadora que durante ocho años resonó en los oídos hasta de los más incrédulos.

Debe aclararse que no se cambio la estructura de gobierno, solo fue el nombre de una persona y su ‘tono musical’, pasando de oprobiador y pendenciero, a un táctico y frío calculador, pero que al final el propósito es el mismo. La diferencia, además de lo anterior, es que su equipo de gobierno que lo rodea es igual o superior de hábil para manejar y enfrentar  casos hasta imposibles.

Una muestra clara son los constantes paros, protestas y presiones, pero que al final terminan resueltos por estos tesos de la ‘varita mágica’, que con solo moverla, resucitan hasta los muertos.

Hace unos meses, el país tuvo que afrontar un sólido paro de camioneros, luego de cafeteros, paperos y lecheros,… al final, todos se levantaron con unos acuerdos firmados en el lugar de los hechos, incluso se fijaron fechas y responsables. Con el paso de los días, los supuestos compromisos pactados empezaron a ‘derretirse’ antes de llevarse a la boca; las firmas y responsables estatales salen al frente de la dificultad, manifestando que por parte del gobierno no se ha fallado, que es la contraparte quien no cumple lo estipulado.

¿Será que somos malos negociadores ante los gobernantes? ¿Será que nos mienten al momento de firmar compromisos? o simplemente nuestras autoridades son especialistas en calmarnos con ‘pañitos de agua tibia’.

De todas maneras cuando se hacen malos negocios, al final el perdedor vuelve a reclamar por la ‘tumbada’, en este orden: cafeteros, paneleros, lecheros, porcicultores, avicultores, en si todo el sector productivo colombiano retornará al folclórico escenario del paro, y desde ya, la élite gubernamental se prepara para otra ‘toreada’ más, o mejor dicho: ‘otro pañito de agua tibia, ahora con sulfato’, para desinflamar en seguida.

El paro del Catatumbo que está cumpliendo un mes y diez días el del Piedemonte nariñense organizado por indígenas Awá, son la muestra fehaciente de la indiferencia del gobierno nacional, al tiempo que refleja la continua improvisación para solucionar una aguda problemática, que no solo afecta a campesinos y aborígenes de estas regiones, sino a todos los productores de la patria.


Cada vez, el ejecutivo nacional siente que los ‘pañitos de agua tibia’ ya no le están dando resultado; casi nadie cree en ese tipo de promesas, por más realismo que le impongan… todo apunta a tomar dos decisiones: plantear un nuevo esquema de gobierno o utilizar la fuerza y recriminación para contrarrestar a los aquejados.

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