miércoles, 19 de junio de 2013

‘FUE SIN QUERER QUERIENDO’



Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Esto solo pasa en Colombia, el único país donde el ‘folclore politiquero’ está a la orden del día, que para lograr propósitos electorales se negocia hasta la propia madre,… bueno, tampoco los nuevos politiqueros son completamente responsables de sus acciones, también hay que agregarle a la maldita herencia recibida de los antecesores poderosos y oligarcas, quienes siempre hicieron uso de su maquiavélico poder y dinero para ‘manejar el asuntico’ y mantenerse reverdeando por más marchitos que fuesen los ambientes.

La sociedad colombiana ha afrontado una guerra por más de 60 años, con consecuencias desastrosas para millones de compatriotas que han perdido la vida, otros lesionados, desplazados, viudas, en fin, todo lo anexo a una confrontación armada… se han hecho varias intentos en buscar una salida negociada al conflicto, pero debido a errores producto de la intolerancia, hambre de poder e intereses mezquinos, los esfuerzos se han esfumado.

Hoy, nuevamente se intenta salir del atolladero con un proceso de paz, pero al mismo tiempo, ideas y acciones equívocas y contrarias a los diálogos de paz empiezan a tomar cada vez mayor fuerza.

Pero como dice el refrán: “Al que no quiere caldo se le dan dos tazas”, eso es lo que sucedió la pasada semana con una estremecedora noticia: “Colombia insiste en hacer parte de la institución militar más bélica del mundo al servicio del imperio, como es la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN”, la misma que ha intervenido en el medio oriente y otras regiones del planeta.

Aunque al inicio hubo razones valederas para su creación en el año 1948; con el paso de los años y de la mano de Estados Unidos de Norteamérica, cambio el objetivo, y su accionar ha estado al servicio de intereses netamente capitalistas con intervenciones arbitrarias  y antisoberanas.

Era obvia la reacción de la mayoría de la ciudadanía nacional en contra de semejante propuesta del gobierno del presidente Santos, más cuando las circunstancias y tiempo no está para este tipo de comentarios. Por un lado se estaría poniendo en alto riesgo el avance del proceso de paz con la insurgencia y por otro, se traduce en un insulto y desafío a los países vecinos.

Desde todo punto de vista es una postura provocadora que en nada coadyuvaría al fortalecimiento regional, mucho menos a la tranquilidad y estabilidad interna. Solo unos contados apátridas piensan que esta idea puede ser útil para un país como Colombia que desfallece por tanta intervención guerrerista.

Fue tan inmediata la actitud de rechazo por tan descabellada idea, que al paso salió el Ministro de Defensa a manifestar que el propósito no es pertenecer a la OTAN, sino de concretar algunos acuerdos de cooperación militar.

Aunque suene un poco apaciguador, en el fondo el error y la verdadera intención conflictiva del gobierno ya quedo al descubierto; como dijo el Chavo: “fue sin querer queriendo”. Y menos no se puede esperar de un modelo gubernamental netamente capitalista, donde premia el dinero y el afán por conservarlo a costa de lo que sea, sin importar los millones de vidas humanas que se deban sacrificar.

Todos anhelamos que muy pronto se concluya en un cese final al conflicto civil interno, sin embargo, no se puede olvidar el sistema y la estructura de gobierno implementado, que para nada compagina con los compromisos que hasta el momento arroja la primera fase de las negociaciones en la Habana, Cuba.

Hoy en día ser aliado de la OTAN no es ninguna garantía, por el contrario es una permanente provocación e incitación a la guerra… no es conveniente para ningún país latinoamericano. Necesariamente debe existir coherencia entre el discurso y los hechos. Si estamos luchando y apostándole a cesar la violencia guerrerista, no podemos permitir abrirle paso a otro frente de guerra como es la OTAN, ya que solo se ganaría apatía por parte de los vecinos y otro conflicto interno por discusiones ideológicas.

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