lunes, 29 de abril de 2013

VIENTOS DE GUERRA


Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Desde hace unos años se viene lidiando con una de las tensiones más complicadas del siglo XXI, y es el desafío que cada vez se agudiza entre dos potencias nucleares, Corea del Norte y Estados Unidos de Norteamérica. No es raro que el país norteamericano este nuevamente en este tipo de escenarios, debido que en las dos décadas recientes ha sido protagonista de otras confrontaciones bélicas en el medio oriente, justificando guerras que nunca tuvieron argumento, y que al final de la historia, ni Irak ni Afganistán resultaron tan peligrosas como el gobierno ‘gringo’ hizo creer a nivel internacional.

Estados Unidos es el responsable de la endémica violencia que protagoniza Israel y el pueblo palestino, el mundo entero sabe que es el imperio quien está detrás de este proceso desestabilizador, bañando con sangre inocente a la comunidad árabe y judía. Hoy, entendemos que la guerra es un eje prioritario en el Plan de Gobierno del país del ‘Tío Sam’, ya que es una de las fuentes de mayor ingreso, razón lógica para que el gobernante de turno este obligado a mantener esta tradición, sin importar cultura, religión o biodiversidad de cualquier nación del globo.

No podemos desconocer la intromisión de EE.UU en el conflicto interno que vive Siria, donde su interés es derrocar al actual gobierno, con el propósito de montar marionetas con pensamiento ideológico capitalista, obedeciendo a los principios del invasor.

Es difícil explicarle al mundo las egoístas intenciones de la prepotente nación de George Washington, entendiendo que no solo es el gobierno, sino la banca, la iglesia, los medios de comunicación y las grandes multinacionales quienes aúnan esfuerzos con el objeto de lograr propósitos que sin lugar a dudas les arroja excelentes dividendos financieros. La consigna es clara: “oprimamos a los pueblos”, porque de ellos proviene la riqueza.

Pero como todo no puede ser gloria, por más poderoso o dominante que sea- en su búsqueda desaforada de recursos naturales, económicos y culturales, Estados Unidos se ha encontrado con un pequeño Estado, ubicado al otro extremo del planeta: Corea del Norte, agrediéndolo con su acostumbrada  seudo diplomacia y arrogante poderío militar, y que hoy, como decimos en Colombia, le ‘salió el muerto al camino’. Corea del Norte de régimen comunista, comandada por Kim Jong-nam, le ha respondido de la misma manera como el señor Obama reacciona con los países que suele someter a la esclavitud capitalista.

Este país asiático con más de 27 millones de habitantes, ubicado al norte de la península coreana, se prepara para enfrentar a una fuerza imperialista dirigida por Barack Obama, secundada por algunos arrodillados latinos y la retrógrada derecha europea. Los coreanos saben lo que poseen en armamento nuclear, tienen la convicción de salvaguardar su dignidad patriótica por encima de lo que sea, y lo más importante, saben que tienen la capacidad intelectual, militar y económica para darle guerra a los que lo ataquen. El joven dirigente asiático ha sido enfático en no tolerar la mínima agresión por parte de Norteamérica; al menor intento, ellos responderán como se debe, defendiendo la autonomía y soberanía de su patria libre.

Y lo común en la estrategia ‘gringa’, ahora sus aliados son Corea del Sur y Japón, utilizando sus territorios como rampa en una eventual guerra con sus parientes norcoreanos. ¿Cuál es la razón de este eminente conflicto? Muy sencilla la respuesta, a Estados Unidos no le conviene que países que no copien sus directrices económicas y políticas, posean armamento nuclear que según ellos, “pongan en riesgo la seguridad del planeta”, aduciendo que son locos, comunistas o extremistas… y que sería una amenaza para gobiernos éticos y  democráticos como el Norteamérica.

Con que derecho y moral el señor Obama critica e impide el libre desarrollo cultural y social de otros países, si su régimen es el primero  que viola los derechos humanos, pisotea la dignidad de sus pares y esclaviza a millones de personas en el mundo a través de su política invasora, capitalista e inhumana, dejando a su paso millones de pobres, conflictos internos y desesperanza en muchos pueblos del orbe.

Es verdad que cualquier país que posea armamento nuclear, se convierte en una seria amenaza para la paz, la seguridad y la estabilidad regional e internacional; pero también es cierto que para Estados Unidos ésta ha sido la disculpa perfecta para emprender el negocio de la guerra, que al final le arroja incalculables ganancias, sin importar las víctimas.

Hoy el mundo está en vilo, especialmente países que han mostrado simpatía con el imperio, como Colombia y Perú en sur América y algunos centroamericanos; los efectos de esta posible guerra serían devastadores, debido a la posición geográfica de los aliados.

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