Por:
Iván Antonio Jurado Cortés
A raíz de la renuncia
el Papa Benedicto XVI, que a propósito fue una noticia que cogió por sorpresa a
la mayoría de cristianos y en si al mundo entero, se ha empezado a suscitar
diferentes versiones respecto a su demisión. Aunque el obispo Joseph Ratzinger
argumenta su retiro por causas físicas, especialmente limitantes en los
movimientos básicos como caminar, hablar y atender sus funciones de primer
jerarca de la iglesia católica y jefe del Estado Vaticano, otras son las versiones
que se tejen alrededor de este insólito caso.
Obviamente que si lo
analizamos desde el punto de vista espiritual o netamente religioso, todo queda
resuelto por las explicaciones que dio en su momento el Obispo de Roma. Hecho
reconocido y en algunos sectores aplaudido por sus feligreses, según ellos por
la sinceridad que el Papa ha tenido en manifestar lo que siente. Sin embargo,
cada vez que se ahonda en el tema, el panorama de su renuncia es tan amplio que
se presta para otro tipo de análisis, entre ellos el tema económico.
Es mucha coincidencia
que cuando se agudiza la crisis financiera en Europa, y donde la banca mundial
dirigida por el Fondo Monetario Internacional empieza a hacer sus ajustes
presupuestales, todo por evadir la quiebra o fortalecerse, El Papa presente su
renuncia como máxima autoridad eclesiástica y por ende como mandatario del
Estado más pequeño del mundo pero el más poderoso política y económicamente.
Para nadie es un secreto
que el eje diplomático y blindaje de la economía de los países capitalistas se
encuentra en la ciudad de El Vaticano. No cabe duda que detrás de esta decisión
esta la fuerza capitalista, que no permitirá jamás que se quebrante sus principios
y proyección de sumisión mundial.
El actual Papa irá con
sus funciones hasta el próximo 28 de este mes, luego la iglesia quedará sin
dirigente hasta que haya un nuevo cónclave y se nombre el sucesor de Benedicto
XVI. Es este proceso el que empieza a llamar la atención, no por intereses
cristianos, sino por saber quién será el que continúe al frente del poder
económico y político de las dos terceras partes de la población mundial. Pero
como siempre, nosotros los colombianos ya entramos en debate, incluso muchos
‘folclóricos’ dan por hecho que el próximo Papa será colombiano o africano.
Aún no se ha entendido
que todo lo referente al ‘poder’ siempre genera pugnas e intereses de toda índole,
más cuando se trata del poder económico de El Vaticano, ahora bien,… se tienen
candidatos de todos los continentes, pero la mayoría son europeos, a razón que
siempre debe guardarse las proporciones.
Hoy los soñadores
insisten que el día del cónclave bajará el ‘Espíritu Santo’ e iluminará a los
cardenales para que tomen una sabia decisión y elijan al representante de
Cristo en la tierra. Pero la realidad es otra, es en este momento cuando
comienza el ‘tire y afloje’ del monopolio económico del ‘viejo mundo’.
Estaba claro que los
Papas no salían del círculo europeo; ahora por acción propia han entrado al
mundo capitalista invitados especiales del continente asiático, Japón, China,
Corea e India, que sin lugar a dudas serán protagonistas del próximo cónclave,
y desde ya, han puesto a temblar a los antiguos intereses papales. Y que no se
haga raro que el próximo Papa sea ‘ojirasgado’.
Mientras tanto, acá en
Colombia, este tema ocupa las primeras páginas de los diarios y es ‘comidilla’
de las reuniones sociales en todas las esferas. Pasarán siglos para que un
colombiano aspire seriamente a semejante poder de dominio mundial… todo queda
en un simple ‘folclorismo papal’.
No hay comentarios:
Publicar un comentario