Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Desde el momento que al presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías le detectaron la complicada enfermedad que actualmente padece, desde ese mismo instante cambió el panorama político en ese país y en el resto del mundo. La gran mayoría de ciudadanos bolivarianos hoy oran y hacen votos de fe para que la salud del mandatario mejore y pronto esté nuevamente con la energía que siempre lo ha caracterizado. Otro resto de venezolanos se comen las unas, haciendo cuentas alegres y analizando el cercano futuro.
En estos momentos cuando el pueblo patriota debiera solidarizarse con su presidente, hay un reducto de personajes que están aceitando sus enquistadas raíces elitistas para sacar ventaja de la crisis en salud que atraviesa Chávez Frías. Para nadie es un secreto que el cáncer es la peor enfermedad que cualquier ser humano pueda enfrentar. Según estudios científicos, de todas las personas que padecen esta patología, solo un 20% son sanadas, el resto lamentablemente terminan en la muerte. Motivo suficiente para considerar y rodear a este ciudadano que en el fondo, lo único que le sirve es el apoyo moral y comprensión de sus semejantes.
Tiene todo el sentido cuando el equipo de gobierno mantiene la mayor discreción respecto al tratamiento y estado de salud del comandante y presidente de uno de los países más ricos potencialmente hablando. En este entorno giran dos aspectos de mucho interés para américa y el mundo. El primero es el modelo socialista o de revolución social que ha implementado en medio de un anacrónico neoliberalismo, y el otro la incalculable producción de petróleo. No cabe duda que estas dos características convierten a Venezuela en objetivo político, militar y de mercadeo de los megacapitalistas.
Los dirigentes chavistas saben perfectamente que a la vuelta de la esquina tienen los más temerosos enemigos del proceso más vigilado en el siglo XXI. Empezando por Colombia, que con el paso de los años se ha transformado en la rampa de los ambiciosos intereses del imperio. Prácticamente es la Israel de América Latina. Suficiente razón para que el gobierno venezolano blinde su proceso y cuide al máximo la vocación revolucionaria, y Cuba es el lugar seguro y estratégico para efectuar todas las actividades relacionadas a la salud del mandatario, planificación y control del proceder en este pasaje incómodo para todos.
En este momento crítico de salud, se tejen diferentes hipótesis, la mayoría provenientes de los medios informativos locales y extranjeros que aprovechan su cuarto de hora para hacerle la venia al imperio y servir de idiotas útiles al capitalismo absorbente, concluyendo todos en el deceso del ejecutivo; tratando con esto de desinformar al mundo sobre el real estado de Chávez Frías y de paso producir una desestabilización política, social y económica del país.
Desafortunadamente para estos verdugos de su propio pueblo, esta mala intención ha servido para el fortalecimiento del oficialismo, y por ende la integración del Partido socialista, hasta el punto de proyectarse claramente como fuerza única y contundente frente a los adversarios. El resto solo son ‘patadas de ahogado’, o como dijo un colega: tacando burro’.
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