lunes, 21 de enero de 2013

SEIS AÑOS DE ‘REVOLUCIÓN SOCIAL’

Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Desde la panorámica internacional, el proceso sociopolítico que se adelanta en algunos países de América del Sur, viene trasnochando a un selecto grupo de mandatarios de Europa y Estados Unidos, que por muchos años han diseñado la estructura económica y política de la mayoría de naciones del mundo. Hoy, estos estados capitalistas son los mismos que han entrado a una etapa de recesión económica, todo por el debacle financiero que cada vez se profundiza más, conllevando a un colapso social y cultural de las anteriormente llamadas potencias mundiales.

En el otro extremo de la gobernabilidad, están los países con corte socialista que desde hace un tiempo atrás han venido abriendo brecha en medio de una resistencia neoliberal, pero que sin lugar a dudas y gracias a los resultados de gobierno, cada vez ganan mayor espacio y son fortalecidos por las masas populares, quienes finalmente son las directamente favorecidas.

En este orden, repúblicas como Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay y Ecuador han marcado la pauta en cuanto a la implementación de modelos de gobiernos contrarios a la tendencia capitalista o neoliberal. Es lo que hoy se conoce como revolución social del siglo XXI, cuyo objetivo principal es luchar contra la desigualdad social, buscar la inclusión y participación del pueblo en las determinaciones estructurales de un estado.

Así como en Venezuela y Bolivia, Ecuador cumple una primera etapa de estructuración política, aplicando un gobierno en favor de las clases menos protegidas. Son 6 años de transformación estatal que la República ecuatoriana está celebrando en cabeza del presidente Rafael Correa. Desde el inicio del gobierno el 15 de enero del año 2007, se trazó metas sólidas en materia social, económica, productiva y de infraestructura, y que a la fecha cuando ya han transcurrido seis años de su mandato, el balance es altamente positivo, expresando con resultados reales el progreso en sectores básicos para el desarrollo armónico de una sociedad. A leguas se nota la diferencia con los anteriores gobiernos, que solo reflejaban un círculo vicioso de una política sumisa a las directrices capitalistas internacionales.

La reducción de la pobreza fue una de las prioridades del mandato Correa, que al final y por primera vez bajó a un dígito. Así mismo el crecimiento de la economía estuvo siempre por encima de los seis puntos porcentuales. La tasa de desempleo es una de las más bajas de américa con solo el 5%, muy lejos de Colombia que al momento registra el 15%. De igual modo, la educación puso su punto positivo con una inversión de ocho veces más que los demás gobiernos, conllevando a la universalización en cobertura y fortalecimiento de la academia pública. Por otro lado, la ampliación, activación y equipamiento de la cadena hospitalaria estatal también jugó papel importante en la integridad del avance social ecuatoriano.

No se puede desconocer la política agraria, especialmente con la implementación de una línea exclusiva para el apoyo financiero, investigativo y técnico a los sectores rurales y producción primaria. De igual manera, con el incremento del 40% en las exportaciones de frutas y flores. Sin olvidar la rotunda reactivación del sector pesquero. El turismo no es la excepción, rompiendo todos los estándares de los países del tercer mundo, se impuso con un aumento del 52%, convirtiéndose en el país más turístico de América. En infraestructura vial y productiva, Ecuador nos tiene mucho que enseñar.

Seis años de revolución social, que le dicen a Colombia y al mundo, que el sistema de gobierno ecuatoriano es viable para combatir la desigualdad, pobreza y fomentar patria.

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