lunes, 28 de mayo de 2012

HA LLEGADO LA HORA CERO…

Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Hace aproximadamente cinco días se dio el campanazo final para que entrara en efecto el trasnochado Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Desde esa fecha no han parado con la publicidad de que esta misteriosa negociación es buena y traerá desarrollo a los campos y pueblos de Colombia. Tanta maravilla no puede ser cierto… es preocupante los conceptos emitidos por los mismos funcionarios del gobierno nacional, donde manifiestan dudas por afectaciones que podrían sufrir algunos sectores de la producción, entre ellos el lechero, avícola, ganadero y panelero.
En Colombia existen departamentos y regiones más desarrolladas que otras, caso concreto Antioquia, Valle del Cauca, Eje Cafetero, Santanderes, Atlántico y el Distrito Especial de Bogotá donde el avance industrial se hace palpable, de igual modo la actividad agrícola que prácticamente es mecanizada en un 80%, debido a la permisividad de los suelos y topografía en general. Caso contrario ocurre con otras zonas como Cauca, Putumayo, Amazonía, Orinoquía y por supuesto Nariño donde la producción es incipiente y no posee proyección alguna en avanzar en este campo.
Nariño prácticamente es el departamento con mayor ausencia de inversión estatal, después de Chocó. No se puede desconocer que esta zona sur del país por naturaleza es de vocación agropecuaria, prácticamente el 85% de su territorio se focaliza en actividades agrarias, por lo que la economía y producción gira alrededor de este componente. Con la llegada del TLC, nuestro departamento será seriamente afectado, ya que el sector lechero, porcícola, piscícola y avícola no cuentan con la infraestructura idónea para afrontar un proceso de transformación tecnológica con miras a exportación.
En pleno siglo XXI encontramos un puerto marítimo totalmente deteriorado, con capacidad de anclaje mínima que no permitirá una correcta operatividad de mercancía e intercambio comercial; incluso no hace parte de la baraja para este tratado, solo se han considerado el puerto de Buenaventura en el Valle y los de la costa norte. Por otro lado, la infraestructura aeroportuaria empezando por el “Antonio Nariño”, “San Luis” y “La Florida” no cumplen con las mínimas condiciones técnicas y de capacidad destinadas para exportación e importación a gran escala.
En cuanto a vías, Nariño presenta la red más arcaica del país, caso concreto la secundaria que une a la capital con la costa; de igual manera las que conectan con los municipios  del norte y occidente, todas con un atraso técnico de 20 años, si las comparamos con las del vecino país de Ecuador. Lastimosamente la cultura del ahorro se convirtió en la causa directa para que hoy no existan las inversiones necesarias en industrialización e implementación tecnológica, conllevando a un atraso sistemático en cuanto a explotaciones modernas y progresistas. En el momento no se vislumbra posibilidad alguna en preparar al departamento para por lo menos hacer el mínimo frente a la arremetida comercial que en los próximos días hará la patria del “Tío Sam”.
Lo anterior compromete desde ya al gobierno regional, empresarios y academia en la búsqueda de fórmulas encaminadas a actualizar la industria y proyectarla hacia la competitividad. Obviamente que la clase parlamentaria también debe hacer lo suyo, empezando por buscar los mecanismos e instrumentos legales - jurídicos y dentro de su facultad facilitarle al pueblo las oportunidades necesarias para combatir el colapso de la economía interna, a través de políticas claras en subsidios, créditos, investigación, acompañamiento e inversión gubernamental.
Así como en Nariño, existen muchos departamentos que de no buscar alternativas, se sumirán en una profunda crisis social y económica. No se trata de ser pesimistas, sino sensatos a una cruda realidad. Y como reza el refrán: “Hay que bailar al ritmo de la música”, de lo contrario otros serán los bailadores y los ‘folclóricos’ solo espectadores. Ni el clamor popular es suficiente para detener el debacle socioeconómico que causará este ‘negociazo capitalista’, nutritivo para el bolsillo de unos pocos y empobrecimiento para muchos. O será que el TLC es la fórmula perfecta para combatir la crisis socioeconómica de la sociedad nariñense?... ¡Y Ahora! Quien podrá salvarnos?... no pensemos que será el Chapulín Colorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario