lunes, 7 de noviembre de 2011

“CHAMUSCADOS, QUEMADOS Y SEPULTADOS”… Promesas que generan esperanza y responsabilidad.

Domingo, octubre 30 de 2011
Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Cuando ha concluido una jornada electoral, donde se eligieron autoridades y corporaciones locales y regionales, hoy pocos son los elegidos, muchos los chamuscados y quemados, y otro tanto se han extinguido de la palestra pública. Lo que sigue en adelante atañe de responsabilidad directa a los ciudadanos que sabiendo la función gubernamental empeñaron su nombre para emprender una ardua labor en pro de las comunidades a las cuales representan. Los ciudadanos fueron los que escogieron a través del voto el candidato que según criterio propio puede cumplir con las expectativas planteadas en las propuestas políticas de campaña.
 A esta hora miles de aspirantes huelen a ‘chamuscado’; lastimosamente, varias de estas personas que no tuvieron la posibilidad de convertirse en servidores públicos gozan de honorabilidad, trasparencia en sus actos y suficientes capacidades para realizar un excelente trabajo; sin embargo, esto no es pérdida como tal, ya que se deja una sólida base para continuar en próximas oportunidades. Dentro de los “chamuscados” están los políticos que se quedaron por poco, inclusive algunos aun guardan la esperanza que en el escrutinio final alcancen el objetivo.
Los “quemados” son aquellos que no tienen ninguna posibilidad de salir electos ni tampoco espacio para volver a aspirar cargos de elección popular. Estos ciudadanos son los que la misma sociedad los ha licenciado “con un muchas gracias, pobrecito, hizo todo lo que pudo pero la gente ya no le camina… es mejor que se retire y no vuelva a molestar”. Los sepultados o enterrados, simplemente se caracterizan por una perturbadora obsesión que los lleva a cometer errores de forma y fondo, todo por la angustia, ‘folclorismo’ y que finalmente terminan perdiendo el autoestima, generando incredibilidad ante el pueblo; llegando hasta el extremo de tomar las épocas electorales como hobby. ‘Ni quitan ni ponen’.
La responsabilidad de un candidato serio inicia con la presentación de su propuesta política, acompañada de la hoja de vida, sumado el carisma con sus semejantes; es en este instante cuando el dirigente empieza la campaña. Desafortunadamente este comportamiento se marchita por las desproporcionadas ideas que se plasman en dichos documentos, carentes de argumentos ideológicos, técnicos, políticos y sociales; sirviendo como paquetes de simple función decorativa. En este momento, todo pasa a ser una vulgar mentira, pero que en muchos casos es la mejor arma para cautivar ingenuos, desprevenidos o inclusive hasta apáticos de la política. Estas actitudes malévolas son causa estructural para que en la actualidad el político tenga fama de mentiroso y pícaro. Es un estigma demasiadamente destructivo, que en ocasiones afectan a líderes honorables.
Hoy el pueblo colombiano nuevamente ha revivido la esperanza, para que mañana esas sendas propuestas políticas se hagan efectivas en beneficio de las poblaciones, siempre buscando el bienestar y el desarrollo integral de los habitantes. Y que los “chamuscados - quemados” se conviertan en fortaleza y guía de sus comunidades, demostrando compromiso, voluntad de servicio y lógicamente recuperando espacios necesarios para emprender la búsqueda del propósito que para esta ocasión ha sido negado.
Nuestra sociedad se ha cansado de tolerar arbitrariedades, insolencias y comportamientos corruptos de gobernantes, que solo han pensado que las entidades estatales son negocio particular con fines netamente económicos. Afortunadamente, la Constitución Nacional nos brinda un excelente instrumento democrático como es el voto, con este premiamos a los dirigentes correctos en sus acciones o castigamos a los sinvergüenzas e ineptos que solo han parasitado  causando daño a toda una comunidad. Ciudadano, recuerda que debiste votar con la razón, más no con el corazón.

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