Por: Iván Antonio Jurado Cortés
No se puede desconocer, que si en Colombia existe un partido o movimiento político de verdadera oposición a una serie de actos que se consideran nocivos para el desarrollo integral de una sociedad, especialmente la más vulnerable, ha sido el Polo Democrático Alternativo; que a diferencia de otros partidos o movimientos políticos, la mayoría, son de ideología untada de clientelismo y elitismo, siempre apuntando a salvaguardar intereses capitalistas de las clases más acomodadas del país.
El continente americano a excepto de Norte América, siempre se ha identificado por la deficiencia gubernamental, conllevando a un atraso social en unos países más que otros. Algunos historiadores y estudiosos de la materia han encontrado causas acerca del lento desarrollo de las sociedades latinoamericanas, una de ellas la genética de sus pobladores, no por la raza indígena, sino por los invasores españoles y portugueses que hace más de quinientos años llegaron a nuestras tierras y sin consideración alguna se apropiaron y explotaron a sus moradores hasta el término de la sumisión y sistemática desaparición. Este cruzamiento de razas, con el tiempo de por medio, han ido formando un prototipo especial y que hoy todos somos parte de esta rara combinación.
Otra de las razones que ha jugado papel importante en todos los devenires de las sociedades latinas, ha sido la religión, especialmente la cristiana, y que aún, se nota claramente la intromisión de la iglesia en contenidos netamente de discusión civil, corriendo el riesgo de tomar decisiones que podrían afectar la libre personalidad y comportamiento del ser humano como tal. No se desconoce que los principios espirituales han fortalecido positivamente el comportamiento humano; pero también es verdad que se cometieron y se cometen muchos desaciertos.
El Polo Democrático Alternativo como estructura política, ha sido una de las organizaciones caracterizadas por defender los derechos fundamentales de la sociedad, acogiéndose a los principios constitucionales, siempre pensando en las masas populares y sus derechos. Sin embargo, no se puede ocultar que muchos de sus dirigentes han sido contagiados de los vicios políticos, llevándolos a cometer serios asaltos a la confianza y credibilidad de sus adeptos y simpatizantes. Llegó la hora de replantear la actividad de este proceso sociopolítico; realizando un análisis orgánico en cuanto a los principios rectores y también a la filosofía del partido. No se puede defender a nombre de una colectividad política, la actitud individual y dañina de personas que suelen decir a los cuatro vientos que son de una mal llamada izquierda, pero al mismo tiempo están actuando como los peores delincuentes; usurpando el erario público sin contemplación alguna, tal cual lo hicieren algunos ‘saqueadores’ conquistadores en el siglo XV; quebrantando la esperanza, matando la ilusión de que algún día se tenga una mejor patria, equitativa, incluyente y participativa en todos sus estamentos.
Es urgente una depuración del mencionado partido, ya que si no se hace a tiempo, tiende a debilitarse progresivamente hasta llegar a su real desaparición. Creo que no vale la pena, ni se gana nada, encubriendo y defendiendo sin argumentos a personas que solo fueron unos oportunistas sinvergüenzas ‘paracaidistas’, que no pensaron jamás en los principios encomendados y han actuado, actúan y actuaran salvajemente si no se corrige de inmediato estas anomalías con procedimientos ejemplarizantes. Más gana el partido reconociendo los errores, que continuar alcahueteando a ciertos malandrines de cuello blanco, que se han olvidado de la historia y el padecimiento de millares de compatriotas en condiciones indignas y que han mirado en el Polo, una forma de reivindicar sus derechos.
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