sábado, 11 de junio de 2011

En buenas relaciones intra-familiares está la clave.

¿SOMOS LOS MÁS EDUCADOS, O LOS MÁS VIOLENTOS?
Por: Nilo Andrés del Castillo 

En los procesos educativos, cualquiera sea y en la edad que sea, se inicia la formación integral de los seres humanos, hay que tener y poner mucho cuidado de nuestros hijos y de nosotros. Debemos construir una sociedad educada, y eso comienza en el hogar es decir en casa, la mayor cantidad de problemas disciplinarios y de convivencia escolar tienen sus raíces en las relaciones intra-familiares y en los roles sociales, de las familias, eso que viven y observan los hijos en sus hogares lo reflejan, lo reproducen, en las instituciones educativas con sus compañeros.


Ejemplos de ello: padres y madres de familias, que frente a un problema, una dificultad de sus hijos, no dialogan, no piden explicaciones, si no que reaccionan de manera violenta con frases y palabras de grueso calibre, buscan además hacer justicia por sus propios medios, ingresando a las Instituciones Educativas, en plena aula de clases, frente al docente de turno y  entre los estudiantes intentan agredir al estudiante con quien tuvo el altercado su hijo, eso es una muestra palpable de intolerancia mayúscula que no se puede aceptar lo cual refleja lo que sucede al interior de las familias. La violencia trae consigo más violencia, es mejor toda la vida, mediar los conflictos a través del DIALOGO,  LA CONCERTACION,  LOS COMPROMISOS O  LOS ACUERDOS, los cuales son FORMAS CIVILIZADAS para promover LA PAZ,  LA JUSTICIA, UNA SANA Y PERDURABLE  CONVIVENCIA, si no ¿PARA QUÉ  EDUCAMOS?, si los profesores construimos y los padres de familia destruyen lo que construyen en sus hijos cada uno de los docentes y las instituciones Educativas.

Nunca regales ni aceptes que tus hijos, tengan armas, mejor regálales un libro, una flor, una canción, en fin……Dales algo que ilumine su corazón y su vida.

Date tiempo para tratar de entender a tus hijos, no les des todo, ni les regales todo, ponles   “trabajos”, para que entiendan que las cosas se merecen, cuestan y hay que ganárselas con verdaderos  sacrificios  porque en la vida nada es fácil de conseguir, pero por sobre todo es necesario DIALOGAR, con los hijos es mejor un disgusto ahora y no un lamento después, sin que por eso se pierda el respeto.

Siente tu vida y en la de los demás toda la plenitud, rechaza todo acto de violencia cualquiera sea, venga quien venga y de donde venga, esos hechos atentan la convivencia pacífica, rompe la armonía de las relaciones humanas y sociales, la integridad propia y la de los demás, por lo  contrario  siente la vida toda a plenitud, por eso nos debe dar asco la podredumbre que es la violencia que vivimos hoy.

Todos sin exclusión alguna tenemos y debemos poner mucho de nosotros, dar al que no tiene, a los pobres, alimentar a los hambrientos de conocimientos, de valores, de actitudes positivas, abrigar a los desamparados, proteger a los desvalidos, los débiles, los desplazados, pero la verdad que veo a mi alrededor, es que nos acostumbramos a vivir y convivir con la violencia y  la corrupción en las calles, en las familias, en los barrios, las Instituciones Educativas, las universidades, con los niños, los jóvenes, los adultos, los adultos mayores, con espíritus belicosos y agresivos, que piden y se drogan, cometen fechorías, desmanes y nos da miedo, “ culillo” denunciar y corregir, que nadie hace nada pero nada que eso se transforma en indiferencia para ellos.

Surgen entonces estos interrogantes.

¿Que estamos haciendo para acabar las guerras? Si por el contrario las fomentamos
¿Cómo colaboramos para alcanzar la paz? Comprándoles a nuestros hijos armas de juguetes, y video-juegos de guerra y violencia.

Debes saber esto:

Según la psicología, estudios de la conciencia y la personalidad humana, la INFORMACION que entra en el cerebro de nuestros hijos en las primeras edades de su desarrollo (niñez), es como ellos van a actuar en el mañana, recuerda que “el mal hay que arrancarlo de raíz, no hay que podarlo”, esto es que seamos conscientes y no inconscientes de esta realidad.

Construyamos una sociedad más humana, más justa, donde todos seamos conscientes y tolerantes del otro, es tarea de todos y para todos.


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