Columnista invitado: Esp. Nilo Andrés del Castillo Minotta
Por: Esp. Nilo Del Castillo Minotta.
Porque, las personas humanas al hecho de que no vemos a Dios, lo cual no significa que él, no nos conozca, ni nos vea pero sí le pedimos por montones toda clase de tareas, se explica en lo siguiente; Nosotros nunca estamos solos, Dios nos protege de cualquier peligro, caso real y patético lo sucedido en el Japón y su repercusión en Tumaco, lo que ocurre es que nunca percibimos que Dios, vela y se desvela por nosotros, no somos conscientes que cuando los problemas llegan y nos tocan, todo lo que tenemos que hacer es confiar plenamente en él, que nos protege y nos está protegiendo siempre, por eso no es necesario quitarnos la venda antes del amanecer, pues Dios nos conoce aún antes de nacer, vaya paradoja, a Dios, el Dios de todos y para todos, lo buscamos al final cuando ya no hay tiempo incluso para llorar, es demasiado tarde.
Porque, no confiamos en Dios, si no, que lo hacemos en casos superflúos, quizás efímeros. Sabes porque? El no permitirá que las pruebas nos aniquilen, nos pulvericen, nos acaben, por el contrario, más bien Dios nos fortalecerá, nos dará renovadas fuerzas para afrontar las dificultades con valor y convertirnos en hombres nuevos para alcanzar mejores y mayores éxitos, alturas y conocimientos nos premiará, para alcanzar el camino de la perfección que nos conducen a él, máximo bien.
Porque, hemos perdido el equilibrio espiritual y emocional, se han invertido y subvertido las escalas de valores existentes y nuestros propios valores, porque se ridiculiza la verdad absoluta de la palabra y la llamamos “ pluralismo moral ”, nos aprovechamos y manipulamos a los pobres y lo llamamos “ lotería”, premiamos la pereza y la llamamos “ bienestar social”, hemos dejado de disciplinar a nuestros hijos y lo llamamos “ edificar su autoestima ”, se ha abusado y se abusa sistemáticamente del poder y lo llamamos “ política”, se ha contaminado el medio ambiente, y la televisión con lo profano y la pornografía en todas sus escalas y lo llamamos “ libertad de expresión ”, ridiculizamos los valores establecidos por nuestros abuelos y lo llamamos “ lo caduco y lo pasado ”.
Porque, la vida es tan corta? Que debemos aprovechar el tiempo en forma acelerada por acumular y tener más, más y más, no sabiendo que debemos ser más, más y más personas integrales, que debemos aprovechar toda la vida que se nos ha dado para ser e intentar a través de nuestra existencia alcanzar la mayor cantidad de felicidad posible, quisiera que esta posibilidad se derrame en cada uno de nosotros, pues la mayor tristeza de una persona es pasarse la vida sin amor, creyendo que se ama. Pero sería igualmente triste pasar por la vida y morir, sin nunca haberles dicho a los que uno realmente ama, que en efecto los AMA.
Porque, aunque ya no se usa pero quedan algunos padres que si lo hacen, es duro para un padre de familia castigar a sus hijos, sabiendo que ellos ofendidos, groseros y altaneros los pueden odiar por ese hecho, o intentar incluso quitarles la vida, pero eso se debe hacer por el propio bien de ellos, fue así como se aprendió a formar hombres honrados, honestos, compiscuos, ecuánimes, circunspectos, y poco melifluos. Esa es la única, eficaz, efectiva y real forma que conozco hasta hoy de educar a los hijos. Existen en la actualidad hijos “que no aman a sus padres para que los días de su vejez sean tranquilos”, para ellos, los padres son descartables es decir verdaderos estorbos, sin valor, como papeles que se arrojan a la basura, los irrespetan, los maltratan y hasta les desean la muerte. Pues la juventud y sus días, no pasan propicios para la reflexión y la profundidad del conocimiento, pues en ella todo es salud, vanidad, música, licor, diversión, drogas, sexo, vicios, alegrías, despreocupación, relajamiento, pero cuando el tiempo los envejece, los fatiga y los convierte en padres – he allí el problema? – a quien acudir si no a los padres? Es allí donde ellos experimentan lo que se siente “siendo padres”, entonces a quien le dan la razón, aunque tarde, la razón la dá y siempre la dará “la maestra vida”.
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