lunes, 30 de mayo de 2011

TANTO VA EL AGUA AL CANTARO, que al fin se rompe…

Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Viejo y sabio refrán, pero de mucha aplicabilidad en esta sociedad rodeada de carroñeros y tumbas revestidas con las túnicas de impunidad y aromatizadas con perfumes de la capitán calavera. Los últimos acontecimientos que el país está viviendo son el resultado de tantos años de engaños, desperdiciados con gobernantes de visiones y misiones desenfocadas de la realidad social, y que simplemente han mostrado la perfección en la amponería y ambición por expropiar lo ajeno.
Ha llegado el momento cumbre para poder probar tanta palabrería que nos han ofrecido desde todos los puntos democráticos y que se ha profundizado en el consiente y subconsciente de esta sociedad amnésica, ultrajada y masoquista. Creo que ya nada se puede ocultar ante tanta barbarie y calamidad pública. Necesariamente se debe declarar el estado de emergencia social; pero mucho ojo, no por las inundaciones, sino por el feroz saqueo que estos ampones de cuello blanco han venido haciendo a los honorables compatriotas de este perturbado país del Corazón de Jesús. Esta es la gran oportunidad que un buen gobernante espera para mostrar con hechos que está comprometido con la verdadera transformación del Estado. Esto no se trata de aplicar justicia con los delincuentes, sino de realizar cambios estructurales que conlleven a la solución definitiva de los problemas.

Lo cierto, es que todo huele a podredumbre. Se debe empezar por exigir a través de un decreto presidencial la utilización de tapabocas, guantes y uniformes para poder entrar a una dependencia estatal. Sin embargo no queda demás realizarse una fumigación a presión con agua, jabón e hipoclorito cada vez que se evacue dichos sitios. No sé por dónde comenzar el listado de entidades infectadas por la octava y mortal plaga, la verdad todas ya están contaminadas; algunas ya no tienen cura, otras se podrían salvar, eso sí depende del médico y el medicamento. Sin embargo empezare por recordar a Foncolpuertos, y los más recientes, el atraco a el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (AIS), al mismo tiempo el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), que de seguridad nunca tuvo nada; es más desde allí se encubaban los buitres para poder continuar su ciclo destructivo a otros entes. En fin, no alcanzaría a nombrar la cantidad de entidades, mejor dicho “casi todas…”
Hace unos días se puso de moda la famosa operación dominó en el medio oriente, donde empezaron caer de manera sincronizada los malos gobiernos. Acá en nuestro país el efecto dominó empezó hace un tiempo atrás con el Seguro Social, luego siguió el DAS, AIS, Dirección Nacional de Estupefacientes, INCODER, etc. y la que tocó fondo fue el brutal saqueo y asesinato del derecho fundamental más sublime y sutil del ser humano, la salud. Esta fue la gota que llenó el vaso. Llegó la hora de mostrar coherencia del verbo y la práctica; esta es la gran oportunidad para terminar con el robo legal mejor orquestado y más importante de la historia colombiana, como es la famosa ley 100 del 93.
El peor castigo que se debe dar a estos asesinos del futuro humano, es destruyéndoles de una vez por todas los socavones y guaridas donde estos se esconden. Se necesita de urgencia formular estrategias que contrarresten inmediatamente las cunas de la corrupción legal, y para esto se espera la actitud decidida del gobierno y los entes de control, obviamente con el respaldo absoluto de los afectados; que somos todos. Un gran ejemplo para la sociedad ansiosa de renovación sería la claudicación de la ley 100, exterminio del DAS, en fin… de lo contrario, simplemente pasaría a la historia como una página más de la cotidianidad colombiana. Lógicamente que la irresponsabilidad política de todos estos sucesos no debe pasar de agache. Llegó la hora!... es ahora o nunca!

No hay comentarios:

Publicar un comentario