Por Iván Antonio Jurado Cortés
Hace parte de la cultura
colombiana su riqueza étnica, florística, faunística y por supuesto las
tradiciones folclóricas de todos los pueblos que conforman esta gran masa popular
de más de 46 millones de nacionales, que anhelan cada día superar sus
ambiciones terrenales y espirituales.
Entrando en la tradicionalidad
criolla encontramos frases tan irónicas, como: ‘No hay cuña que más apriete que
la del mismo palo’, otros más sarcásticos: ‘Verdugos de su propia sangre’, ‘No
escupas hacia arriba que te cae en la cara’, en fin, son muchos los dichos,
extractos de la propia vivencia, algunos creados por necesidad otros por
casualidad.
No en vano “La Celestina” fue
también conocida por el vulgo como “Los polvos de la Madre Celestina”. Se trata
de un drama prosaico escrito en el siglo XV, cuyo argumento se basa en la
seducción de Melibea por Calixto, auxiliado por la vieja hechicera y alcahueta
Celestina. Hace alusión al modo secreto y maravilloso con que se hace una cosa,
dando a entender la forma secreta, misteriosa y prodigiosa.
Hoy el país del ‘Corazón de
Jesús’ se perturba en medio de la mezquindad sutil de políticos y facinerosos
estatales que con sus ya conocidos ‘polvos’ empañan la visibilidad
sociopolítica de sus representados, conllevando automáticamente a una degeneración
democrática, y por ende al fomento de incredibilidad gubernamental.
Es lamentable y peligroso que el
90% de los pobladores ya no crean en sus políticos, perjudicando enormemente a
los pocos decentes que insisten con propuestas novedosas, enfocadas a la solución
de problemas derivados de manejos embusteros por parte de seudogobernantes.
En diciembre de 2004, el
Congreso de Colombia decidió modificar la Constitución para eliminar la
prohibición de la reelección presidencial y disponer que el presidente de la
República pueda ejercer el cargo hasta por dos periodos consecutivos de cuatro
años. A partir de esta fecha los gobernantes no dudan en acogerse a este ‘mico’
jurídico-legal para saciar el apetito de poder.
Lo hizo Uribe Vélez, lo hace Santos Calderón y continuarán
haciéndolo los ejecutivos siguientes. Lo anterior efectivamente es efecto de
los ‘polvos de la mamá celestina’ que desde la elite neoliberal se han manejado
estratégicamente, instando a la masa popular a mantener la sensibilidad
idiotizada en torno a ideas sobreprotegedoras de posiciones conservadoras, que
a través de la historia patriótica se han encajonado en el cerebro de los
subyugados, seduciéndoles en su dignidad hasta el punto de convertirlos en ‘verdugos
de su propia sangre’.
Es asombroso la manera como a
través de estrategias fríamente calculadas, los ‘empresarios’ del gobierno
manipulan la inocencia de millones de colombianos, conduciéndolos a un caos social.
Aunque las cifras de crecimiento
económico muestran que la nación va muy bien, en el fondo, solo es un sofisma,
benéfico a intereses netamente capitalistas de alto rendimiento, y perjudiciales al pueblo que cada vez se siente más
defraudado por el régimen.
‘Los polvos de la mamá
Celestina’, son esas actitudes inmorales, antiéticas, corruptas y maquiavélicas
que la mayoría de gobernantes utilizan en contra de la ciudadanía ávida de
cambio, y que, siempre se la juegan por
el supuesto liderazgo que al final terminan en `pillos’, contrarios a la
voluntad popular, resistiéndose a retirar sus pretensiones después de probar la
miel de la mermelada, palabra demasiado común en el argot de la política
santista.
Pero como dice Cervantes, esta
tragicomedia seria “un libro Divino, si encubriera más lo humano”, esto, si no
pusiera tan a la vista escenas que realmente pasan en el mundo, pero cuya
pintura siendo tan viva y desnuda, puede perjudicar a las costumbres de los
mismos a quienes se desea librar. No obstante, es vital traer a colación esta
reflexión, acogiéndose a otra retórica: ‘la letra con sangre entra’.
‘Vencen allí los extravíos de la
juventud y los medios de corromper la inocencia con el auxilio de una mala
vieja, que emplea toda clase de artificios, inclusos los supersticiosos de la
hechicería para conseguir su depravado intento’.
Las cifras maquilladas de
violación de los derechos humanos, desempleo, salud, educación, inseguridad e
inversión social, son más que malévolas herramientas para tener a una masa
sumergida en el manto de impotencia social y cómplices del atropello. En
conclusión, ‘los polvitos de la mamá Celestina’ aún tendrán mucha eficacia.
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