lunes, 1 de abril de 2013

UNA VOZ EN EL ‘ESPECTRO’


Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Cuando este 24 de marzo celebramos el día del locutor colombiano, son pocos los reconocimientos para una profesión tan antigua pero de trascendental significancia en la armonía e integridad de la sociedad. En todos los rincones del planeta siempre habrá un micrófono, una antena y una persona convencida que con su vocación de informar hace más alegre y digna la vida de quien escucha. En todas las culturas e idiomas, la locución presente estará; es la manera más simple de irradiar y penetrar en el sentimiento de los seres vivos, y hablo en este término porque científicamente se ha comprobado que algunos animales y plantas reaccionan positivamente a melodías musicales y voces melodiosas.

En países de Norteamérica, Europa y Asia, esta profesión goza de gran admiración, respeto y reconocimiento laboral; tanto las cadenas radiales como televisivas, además de contar con logística tecnológica de avanzada, también incluyen las mejores voces femeninas y masculinas. A diferencia con otras profesiones, la locución tiene un ingrediente especial, y es que es innata a la naturaleza de la persona, que luego con el tiempo se perfecciona de acuerdo a la necesidad o circunstancia. En algunas regiones del mundo, para ser locutor se hace necesario ir a la universidad y certificarse como tal, en otras, basta con el talento y el conocimiento empírico.  

En Colombia, con el paso de los años, la locución ha ido cambiando de matiz hasta el punto de que ser locutor no es más que una simple actividad de comunicación, en muchos casos desapercibida, permitiendo ser estigmatizada como de segunda clase. Un locutor radial de una mediana ciudad, expresó: “para ejercer esta profesión, necesariamente se debe contar con otras actividades que le generen ingresos,… ya que solo con la locución nos morimos de hambre”… aunque suene duro, pero es la realidad colombiana.

En lo concerniente a la fecha de conmemoración del día nacional del locutor, muchos concluyen que se hace honor a un pasaje bíblico donde el arcángel San Gabriel un 24 de marzo anuncia a la ‘virgen María’ que ha sido escogida para ser la madre de Jesús de Nazaret. Entendiendo que Colombia es un país en su mayoría cristiano católico, no hay duda que esta sea la versión más acertada para haber formalizado la celebración del día de una de las profesiones más dinámicas, creativas y complejas como es la locución. Cualquier persona puede hablar ante un micrófono, pero no cualquiera puede ser locutor. Para ser locutor se necesita: voz, inteligencia, carisma, habilidad, fluidez y objetividad.

Las ondas hertzianas de la locución radial son las que de manera sutil y sin pedir permiso entran hasta en los hogares más insospechados, transmitiendo sensaciones diferentes, a las mentes que en ese momento invade. El locutor es esa persona que sin mostrar su imagen se distingue por la voz; tiene la gran responsabilidad de informar, entretener y acompañar hasta en los momentos más críticos del ser humano. Hoy en día, existen especialidades: locución noticiosa, deportiva, musical, en fin, una serie de modalidades que le permiten al oyente seleccionar y complacerse con su preferencia.

Está claro que la voz del locutor o locutora es quien le pone la chispa de vida a cualquier medio de comunicación, sea radio o televisión; ese ser invisible, pero vivo en el espacio y tiempo, es quien tiene el gusto de endulzar, enamorar, entristecer o alegrar los corazones de innumerables humanos. Colombia por ser una nación multiétnica, también goza de variedades de voces, timbres y acentos, argumento para que los locutores colombianos sean preferidos en América y el mundo. La calidad de locución se mide por la voz y pronunciación del idioma, en nuestro caso el español.

Que sea esta una oportunidad para que en la fecha conmemorativa de la locución nacional, se muestre a Colombia y al mundo la importancia de ejercer esta loable profesión, llena de responsabilidad y convicción. En el país del ‘Corazón de Jesús’, ser locutor significa proeza y tenacidad, así como también servir de ‘ridículo de ignorantes’ que piensan que hablar por un micrófono es perder el tiempo y no tener que hacer… ¡FELIZ DIA LOCUTORES!

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