Por: Iván
Antonio Jurado Cortés
Cuando
este 24 de marzo celebramos el día del locutor colombiano, son pocos los
reconocimientos para una profesión tan antigua pero de trascendental significancia
en la armonía e integridad de la sociedad. En todos los rincones del planeta
siempre habrá un micrófono, una antena y una persona convencida que con su
vocación de informar hace más alegre y digna la vida de quien escucha. En todas
las culturas e idiomas, la locución presente estará; es la manera más simple de
irradiar y penetrar en el sentimiento de los seres vivos, y hablo en este
término porque científicamente se ha comprobado que algunos animales y plantas
reaccionan positivamente a melodías musicales y voces melodiosas.
En
Colombia, con el paso de los años, la locución ha ido cambiando de matiz hasta
el punto de que ser locutor no es más que una simple actividad de comunicación,
en muchos casos desapercibida, permitiendo ser estigmatizada como de segunda
clase. Un locutor radial de una mediana ciudad, expresó: “para ejercer esta
profesión, necesariamente se debe contar con otras actividades que le generen
ingresos,… ya que solo con la locución nos morimos de hambre”… aunque suene
duro, pero es la realidad colombiana.
En
lo concerniente a la fecha de conmemoración del día nacional del locutor,
muchos concluyen que se hace honor a un pasaje bíblico donde el arcángel San
Gabriel un 24 de marzo anuncia a la ‘virgen María’ que ha sido escogida para
ser la madre de Jesús de Nazaret. Entendiendo que Colombia es un país en su
mayoría cristiano católico, no hay duda que esta sea la versión más acertada
para haber formalizado la celebración del día de una de las profesiones más
dinámicas, creativas y complejas como es la locución. Cualquier persona puede
hablar ante un micrófono, pero no cualquiera puede ser locutor. Para ser
locutor se necesita: voz, inteligencia, carisma, habilidad, fluidez y
objetividad.
Las
ondas hertzianas de la locución radial son las que de manera sutil y sin pedir
permiso entran hasta en los hogares más insospechados, transmitiendo
sensaciones diferentes, a las mentes que en ese momento invade. El locutor es
esa persona que sin mostrar su imagen se distingue por la voz; tiene la gran
responsabilidad de informar, entretener y acompañar hasta en los momentos más
críticos del ser humano. Hoy en día, existen especialidades: locución
noticiosa, deportiva, musical, en fin, una serie de modalidades que le permiten
al oyente seleccionar y complacerse con su preferencia.
Está
claro que la voz del locutor o locutora es quien le pone la chispa de vida a
cualquier medio de comunicación, sea radio o televisión; ese ser invisible,
pero vivo en el espacio y tiempo, es quien tiene el gusto de endulzar,
enamorar, entristecer o alegrar los corazones de innumerables humanos. Colombia
por ser una nación multiétnica, también goza de variedades de voces, timbres y
acentos, argumento para que los locutores colombianos sean preferidos en
América y el mundo. La calidad de locución se mide por la voz y pronunciación
del idioma, en nuestro caso el español.
Que
sea esta una oportunidad para que en la fecha conmemorativa de la locución
nacional, se muestre a Colombia y al mundo la importancia de ejercer esta
loable profesión, llena de responsabilidad y convicción. En el país del
‘Corazón de Jesús’, ser locutor significa proeza y tenacidad, así como también
servir de ‘ridículo de ignorantes’ que piensan que hablar por un micrófono es
perder el tiempo y no tener que hacer… ¡FELIZ DIA LOCUTORES!
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