lunes, 5 de noviembre de 2012

LA ‘LOCOMOTORA’ DE LA MUERTE

Domingo, octubre 28 de 2012
Por: Iván Antonio Jurado Cortés

Una palabra pintoresca escuchada en la última década, muy trajinada en el gobierno anterior y que continua empollándose con miras a eclosionar en esta administración, son los famosos “huevitos”, seleccionados en una de las mejores fincas de Antioquia, posteriormente trasladados a Bogotá con toda la delicadeza para que algún día puedan terminar su ciclo de incubación. Estos famosos huevitos, de color azulado, pecositos y de gran tamaño, fueron los que cautivaron a miles de colombianos, conllevándolos a tomar determinaciones equivocadas en contra de su propia dignidad: Seguridad democrática, cohesión social y confianza inversionista son los nombres ‘huevones’, o mejor dicho así se llaman los ‘tres huevitos’.
Estos tres ‘huevitos’ han sido catalogados como los más caros de Colombia, inclusive del mundo; empezando por el huevo de la seguridad democrática, que ha costado más de cuatro millones de desplazados, dieciocho mil víctimas mortales (excepto las de combate) y al rededor tres mil falsos positivos. Sin perder el ritmo no se queda atrás el segundo huevo, la cohesión social, con un costo supremamente elevado cercano al 22% de desempleo. Sin desconocer que el 40% de la población colombiana se encuentra en pobreza extrema y un 20% en la indigencia. En cuanto al huevo de la confianza inversionista, el más estilizado de los tres, inclusive da la apariencia que no fuera de la misma gallina, más bien pareciera un huevo extranjero; este ‘señor huevo’ está representado por las altas tasas de interés bancario, con exenciones exclusivas a capitalistas interesados en realizar sus inversiones en las diferentes áreas de la producción. Las explotaciones mineras indiscriminadas también hacen parte de este ‘huevito’.
Si señores, hoy estos sendos huevos se han transformado en “locomotoras para el desarrollo”: infraestructura, agricultura, vivienda, minería e innovación, buscando que su impulso arrastre otros ‘vagones’ y de esta manera continuar con la hipnotización de la ciudadanía ávida de cambio y superación de la marginalidad. Simplemente es un capítulo más del proyecto transformador a favor de objetivos macroeconómicos y de multinacionales, contribuyendo al “crecimiento económico” de la oligarquía y alianzas con la inversión extranjera. Aunque los huevos están reventando, existe el grande, que lentamente rompe el cascarón y empieza a producir efectos lesivos a los intereses nacionales, especialmente la soberanía, cultura y biodiversidad.
La locomotora de la minería con su paso demoledor, viene dejando daños irreversibles que naturalmente ha producido efectos nocivos al ambiente, cultura y por supuesto a la sociedad que directa o indirectamente lo padece. Cuando intentamos terminar con una cultura del dinero fácil producto de la producción y comercialización de estupefacientes, hoy se impone la misma estructura con la diferencia de que posee amparo estatal. Los perjuicios de la explotación minera según las últimas investigaciones, genera dos veces más violencia, desplazamiento y deterioro de la biodiversidad que la producción de cocaína. La transformación que causa al ambiente incide en los recursos hídricos, geológicos, biológicos, atmosférico y socio-económico. Algunas de esas consecuencias son prevenibles, pero otras, irremediablemente, no pueden evitarse. En el momento en Colombia las solicitudes y concesiones mineras sobrepasan el 60% del territorio.
Según estadísticas económicas, la minería es el sector de mayor expansión en el país. Desde 1989 ha representado más del 50 por ciento de todas las exportaciones nacionales. No cabe duda que el esquema neoliberal ha permitido el aumento de vulnerabilidad en el pueblo, facilitando el desarme de una lucha en contra de los monopolios aniquiladores del tejido sociocultural. Es lamentable como pueblos enteros son sometidos a la voluntad de patronos que sin pistola o uniforme proceden al amedrentamiento y desalojo. Las cifras oficiales confirman que la explotación de minerales es el gran negocio en Colombia. Autoridades de Comercio Exterior han revelado que aproximadamente el 85% de la inversión extranjera en el país se encuentra en la extracción de minerales e hidrocarburos. Estudios muestran que entre el 2002 y el 2009 la inversión en este rubro se elevó de US$466 millones a $3 millardos y las exportaciones crecieron de $2.8 millardos a $8.1 millardos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario