Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Ha terminado un proceso democrático donde el ciudadano tuvo la oportunidad de expresar su ideal político enmarcado dentro de un partido o movimiento. Esta metodología electoral aplica para todas las organizaciones políticas existentes en el país; sin embargo solo tres de estas: Verde, Movimiento Independiente de Renovación Absoluta (Mira) y Polo Democrático Alternativo participaron de este proceso que sin lugar a dudas es uno de los más sanos métodos para la participación de las comunidades.
Las 12.907 mesas instaladas en más de 1100 municipios fueron proyectadas según la Registraduría Nacional del Estado Civil para la concurrencia de 31.265.418 ciudadanos aptos para votar, significando que cualquier colombiano mayor de edad pudo participar de esta fecha electorera con el objeto de elegir delegados del orden departamental y al congreso nacional. Es una oportunidad para que los nuevos líderes o políticos empiecen a mostrar las intenciones al servicio de sus comunidades. Hay opiniones encontradas sobre la consulta interna, especialmente en cuanto a los significativos recursos que demanda esta fecha electoral. En los últimos 11 años, la Registraduría Nacional del Estado Civil ha realizado 13 Consultas de partidos y movimientos políticos en el país, siete de ellas para la toma de decisiones internas.
Es lamentable que estos espacios de participación y democracia no sean aprovechados oportunamente por el potencial electoral, obviamente los electores son de distintas ideologías o pensamientos políticos; muchos de ellos no les llama la atención votar o afiliarse exclusivamente a una institución política. De todas maneras queda demostrado con la alta abstinencia, que estamos frente a problemas estructurales de alta complejidad. A simple vista se observa que una de las razones para que la ciudadanía no salga a votar es la escasa credibilidad que tienen en estos organismos políticos, prefiriendo el voto en blanco o la abstinencia. Por otro lado la filosofía y perfil de algunos partidos o movimientos no es coherente a la real necesidad del colombiano de a pie, conllevando al elector a la desconfianza y hermetismo frente a estos temas.
No se puede ocultar que la causa más importante para que el constituyente primario se abstenga de participar de estas jornadas democráticas es, el comportamiento, conducta e intención de muchos políticos o representantes de cada agrupación, quienes aprovechándose de la confianza, afecto y oportunidad que les brindan sus electores rompen los esquemas de la ética, convicción y compromiso, para actuar como unos simples delincuentes de cuello blanco que solo buscan lucrarse y revestirse de poder, abusando de sus seguidores a través de desproporcionadas leyes en contravía de los interés populares. Esta apatía de la ciudadanía contra todo lo que ‘sabe o huele’ a politiquería cada día va en aumento, ya que con el paso del tiempo son más numerosos los casos de corrupción, acto que todo persona de bien rechaza vehementemente.
Fueron más de 36 mil millones de pesos y una abstención del 90% los que marcaron la última consulta interna de partidos y movimientos políticos, convirtiéndose en el tema de la semana debido al despilfarro de dinero y pérdida de tiempo; sin embargo, no se puede permitir que este hecho se traduzca en el argumento válido para que muchos capitalistas o políticos neoliberales terminen con uno de los pocos procesos que la democracia colombiana aún posee. Es cierto que se debe revisar a fondo el origen de la problemática, y en las próximas contiendas se empiece a corregir el alto nivel de abstención. Se podría pensar en la obligatoriedad de sus militantes o incentivos para las agrupaciones políticas que muestren organización y entreguen resultados positivos.
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