JAPÓN, gran ejemplo para el mundo…
A raíz del desastre natural ocurrido en el Japón, muchos de los habitantes de este planeta nos dimos cuenta de la diferencia que existe entre una cultura y otra. Japón, una región situada al extremo oriental del globo terráqueo, con una extensión que no sobrepasa los 378.000 kilómetros cuadrados (tercera parte de Colombia), conformada por varios archipiélagos y una población que supera los 128 millones de habitantes, le ha demostrado al mundo entero como afrontar una catástrofe natural.
El siglo pasado el país nipón tuvo que afrontar una tragedia, esta vez provocada por el hombre como fueron las bombas atómicas de las legendarias ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Después de este desolador suceso, la comunidad japonesa se supo sobreponer; inclusive le sirvió para retomar impulso y actualmente es una respetada potencia en todos sus componentes. Es uno de los países con los índices de desempleo más bajos de la región oriental, estamos hablando de alrededor del 2%. A pesar de ser una cultura milenaria, esto no ha sido impedimento para ser pionera de los grandes avances científicos y tecnológicos del siglo XXI.
Es verdad que los países ubicados en ese sector del hemisferio oriental, siempre han sido afectados por las diferentes fallas tectónicas o geológicas; siendo Japón el más marcado por estos accidentes naturales. Sin embargo, la cultura japonesa se ha preparado a través de la historia para afrontar de manera civilizada los diferentes sismos ocasionados por la fuerza de la naturaleza. El terremoto de 9.0 grados en la escala de Richter ocurrido el pasado viernes 11 de marzo, que posteriormente originó un tsunami con afectaciones incalculables, sirvió para darnos cuenta del grado de preparación que tienen estos pobladores para este tipo de acontecimientos.
Una de tantas imágenes que hemos observado en los últimos días, nos muestra que niños menores de tres años, en el momento del terremoto, ellos buscaban los sitios seguros y estratégicos para salvar sus vidas. Del mismo modo lo hacían los adultos mayores, ni que decir del resto de ciudadanos. Pero lo que hay que resaltar, es la educación y la disciplina para no causar caos en su misma sociedad. Son personas que respetan y creen mucho en sus autoridades. Definitivamente nos ha enseñado que del “estrés y la fatiga, no queda sino el cansancio”. Con estas actitudes, los japoneses permiten a las autoridades competentes en la materia, realizar sus respectivas tareas; entre ellas la de prevención, búsqueda y replanteamiento de los daños causados. Sin desconocer que la infraestructura japonesa está diseñada para este tipo de movimientos telúricos, con los índices de ingeniería más sofisticados del mundo.
Y como si esto fuera poco; con la gran amenaza de las estaciones nucleares que también sufrieron daños considerables, más de 180 voluntarios, han sacrificado sus vidas para tratar de controlar las radiaciones, y así evitar una catástrofe regional y porque no decir mundial.
Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Fundación AWAVIDA
No hay comentarios:
Publicar un comentario