lunes, 21 de febrero de 2011

Endulzando las palabras…

EL FANATISMO ELECTORAL,… Cómplice de los retrocesos sociales.



En las épocas electorales se nota mucho un fenómeno que a través del tiempo se ha vuelto una costumbre bien vista por los conciudadanos del común. Si hacemos un análisis profundo y responsable sobre este tema, llegamos a la conclusión que los impulsos o el fanatismo ha sido en gran parte un causante de atraso en los diferentes procesos sociales y políticos que se han realizado o se quieren engendrar de manera seria y planificada en una sociedad. Por lo general las personas fanáticas siempre actúan en base a un sentimiento efímero, sin un argumento válido que justifique sus actos. Es un impulso que nace prácticamente del “corazón”, sin prever el efecto nocivo que pueda causarle a la otra persona o a una comunidad.
Ahora, cuando preguntamos quienes son los responsables para que muchos ciudadanos actúen de forma impulsiva y desmedida en procedimientos electorales; debemos tener en cuenta que, si la persona tiene responsabilidad de sus propios actos, también están comprometidos los dirigentes o líderes que se postulan a cualquier cargo público o de elección popular. Aquí, en este momento, debemos entender que la única manera de controvertir y combatir de raíz todas esas actitudes de comportamientos irracionales es con una buena visión y planificación de las cosas. Los verdaderos procesos sociales se caracterizan por sigmentar sus bases bajo unos criterios sólidos, planificados y proyectados a congregar personas en una progresiva capacitación política.




Por lo general este tipo de actitudes suelen suceder en individuos que no poseen una formación política. No nos olvidemos que la política es planificación u orientación o directriz que rige la actuación de una persona o una sociedad. La política es una palabra tan simple, pero al mismo tiempo compleja, debido a lo fundamental que es en el actuar diario de un ser vivo. La política la encontramos desde que llegamos a este mundo. En el núcleo familiar es donde más acentuada y funcional debe estar la política; de lo contrario nunca podríamos desenvolvernos en un ambiente armonioso de familia. En el trabajo, en el deporte, en el amor, prácticamente en todo lugar encontramos que las cosas deben ser planificadas.

El fanatismo adolece de planificación; ya que es una actitud impulsiva, apasionada y enceguecida a favor de un acto o una persona. Si queremos contribuir a mejorar esta falencia en nuestros amigos, debemos empezar por brindar espacios para la ilustración y posterior capacitación de lo que es un verdadero proceso y actuar político. Más si se trata de una campaña electoral. No nos olvidemos que lo electoral es efímero, mientras si cometemos errores de fanatismo, estos si marcarán y dejaran huella a veces incorregibles y difícil de olvidar.

Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Fundación AWAVIDA

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