miércoles, 11 de febrero de 2015

La palmadita de la hipocresía


Por Iván Antonio Jurado Cortés

Según el cronograma electoral, este 25 de octubre se llevará a cabo las elecciones regionales en todo el país, evento que permitirá a los colombianos elegir sus gobernantes y entes coadministrativos por un periodo de cuatro años. Aunque es costumbre por esta época escuchar todo tipo de comentarios alrededor del tema, se puede percibir la aceptación o rechazo de propuestas políticas que empiezan a ventilarse en todos los escenarios de la cotidiana vida.

Cuando restan aproximadamente nueve meses para conocer los nombres de las personas que guiarán los destinos de municipios y departamentos para el siguiente cuatrienio, ya se sabe de algunos dirigentes interesados en ostentar las envestiduras como autoridades locales y regionales. Ya empezó el rifirrafe entre los distintos bandos políticos, en ocasiones, tan hostigantes que afectan y confunden al constituyente primario.

Obviamente que serán los potenciales electores quienes finalmente determinen a los candidatos que supuestamente han reunido los requisitos básicos, para que desde la figura de alcalde o gobernador efectúen un buen gobierno, en beneficio de la ciudadanía como tal.

Como dice el refrán, ‘entre gustos no hay disgustos’, y esto es lo que viene sucediendo en todo el territorio nacional. A esta altura, son miles los candidatos y candidatillos que pregonan convertirse en jefes locales y regionales; sin embargo, con el paso de los meses muchos de estos buscaran posibles alianzas que les permitan en algunos casos afirmar su propósito, y a otros, asegurarse parte de la mermelada gubernamental. Todo depende de los arreglos estratégicos convenidos entre interesados.

Cuando la ciudadanía resalta la capacidad, liderazgo, compromiso, perseverancia, carisma y trayectoria de los candidatos, es cuando más acertado es la elección de una autoridad. La humildad es otra de las cualidades que la mayoría de electores manifiesta, que debe poseer la persona proyectada a ser gobernante.

El tiempo es propicio para que los aspirantes a cargos públicos muestren sus mejores dotes de conquista electorera, todos hacen uso de sus habilidades, algunas innatas, otras, con el inmenso esfuerzo de fingir actitudes y posiciones demasiadamente hipócritas. Muchos políticos manifiestan irresponsablemente que en el juego de la política se ‘vale todo’, frase demasiado peligrosa, más en un ambiente tan conflictivo como el colombiano.

Son tan irresponsables muchos de estos personajes, que suelen jugar con la ingenuidad de la gente, sin importar las consecuencias. Desafortunadamente un significativo porcentaje de sufragantes, aprovechan estas oportunidades para sacar ‘tajada’ como popularmente se dice, y ‘descrestar’ a los ostentosos que sueñan en llegar al poder político. Ha llegado la hora de las prebendas, del dinero fácil y propuestas indecentes.

Los sorpresivos saludos así como las palmaditas son comunes en los afanes electoreros, no interesa lo irritantes que sean, lo importante es arrumar ‘voticos’, que son los que finalmente los convertirán en constituidos.

El folclorismo reina por doquier; frases tan irónicas y ofensivas  como: ‘Como está mi señora; que es de los niños; lamento mucho el fallecimiento de su esposo’, inmediatamente la halagada en medio de su repulsión responde: doctor, mi esposo falleció hace muchos años, en fin; son tan incomodos estos pasajes, que simplemente huelen a heces enguayabadas.

El tiempo pasa y el corre-corre cada vez es mayor, paracaidistas y candidatillos, todos tras la presa mayor. Vuelve y juega el amnésico proceder de los electores, quienes en medio del sentimentalismo y autismo psicológico, decidirán por el candidato de su preferencia, sin importar muchas veces la trayectoria o la hoja de vida. El termómetro electoral seguirá subiendo, calentando las pretensiones y alterando la cotidianidad comunitaria.

Fanáticos ciudadanos desencadenarán actuaciones propias de irreverentes caprichosos, que no admiten errores, mucho menos consejos, solo se enfocan en aumentar posibilidades triunfalistas para sus patrones.

Desde ya se observa que las próximas contiendas estarán para alquilar balcón, sin olvidar la obligación que tenemos como colombianos, participar de este evento constitucional, y de esta forma empezar a cambiar la historia.

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