Por Iván Antonio Jurado Cortés
Según
el cronograma electoral, este 25 de octubre se llevará a cabo las elecciones
regionales en todo el país, evento que permitirá a los colombianos elegir sus
gobernantes y entes coadministrativos por un periodo de cuatro años. Aunque es
costumbre por esta época escuchar todo tipo de comentarios alrededor del tema, se
puede percibir la aceptación o rechazo de propuestas políticas que empiezan a
ventilarse en todos los escenarios de la cotidiana vida.
Cuando
restan aproximadamente nueve meses para conocer los nombres de las personas que
guiarán los destinos de municipios y departamentos para el siguiente
cuatrienio, ya se sabe de algunos dirigentes interesados en ostentar las
envestiduras como autoridades locales y regionales. Ya empezó el rifirrafe
entre los distintos bandos políticos, en ocasiones, tan hostigantes que afectan
y confunden al constituyente primario.
Obviamente
que serán los potenciales electores quienes finalmente determinen a los
candidatos que supuestamente han reunido los requisitos básicos, para que desde
la figura de alcalde o gobernador efectúen un buen gobierno, en beneficio de la
ciudadanía como tal.
Como
dice el refrán, ‘entre gustos no hay disgustos’, y esto es lo que viene
sucediendo en todo el territorio nacional. A esta altura, son miles los
candidatos y candidatillos que pregonan convertirse en jefes locales y
regionales; sin embargo, con el paso de los meses muchos de estos buscaran posibles
alianzas que les permitan en algunos casos afirmar su propósito, y a otros,
asegurarse parte de la mermelada gubernamental. Todo depende de los arreglos
estratégicos convenidos entre interesados.
Cuando
la ciudadanía resalta la capacidad, liderazgo, compromiso, perseverancia,
carisma y trayectoria de los candidatos, es cuando más acertado es la elección
de una autoridad. La humildad es otra de las cualidades que la mayoría de
electores manifiesta, que debe poseer la persona proyectada a ser gobernante.
El
tiempo es propicio para que los aspirantes a cargos públicos muestren sus
mejores dotes de conquista electorera, todos hacen uso de sus habilidades,
algunas innatas, otras, con el inmenso esfuerzo de fingir actitudes y
posiciones demasiadamente hipócritas. Muchos políticos manifiestan
irresponsablemente que en el juego de la política se ‘vale todo’, frase
demasiado peligrosa, más en un ambiente tan conflictivo como el colombiano.
Son
tan irresponsables muchos de estos personajes, que suelen jugar con la
ingenuidad de la gente, sin importar las consecuencias. Desafortunadamente un
significativo porcentaje de sufragantes, aprovechan estas oportunidades para
sacar ‘tajada’ como popularmente se dice, y ‘descrestar’ a los ostentosos que
sueñan en llegar al poder político. Ha llegado la hora de las prebendas, del
dinero fácil y propuestas indecentes.
Los
sorpresivos saludos así como las palmaditas son comunes en los afanes
electoreros, no interesa lo irritantes que sean, lo importante es arrumar
‘voticos’, que son los que finalmente los convertirán en constituidos.
El
folclorismo reina por doquier; frases tan irónicas y ofensivas como: ‘Como está mi señora; que es de los
niños; lamento mucho el fallecimiento de su esposo’, inmediatamente la halagada
en medio de su repulsión responde: doctor, mi esposo falleció hace muchos años,
en fin; son tan incomodos estos pasajes, que simplemente huelen a heces
enguayabadas.
El
tiempo pasa y el corre-corre cada vez es mayor, paracaidistas y candidatillos,
todos tras la presa mayor. Vuelve y juega el amnésico proceder de los
electores, quienes en medio del sentimentalismo y autismo psicológico,
decidirán por el candidato de su preferencia, sin importar muchas veces la
trayectoria o la hoja de vida. El termómetro electoral seguirá subiendo,
calentando las pretensiones y alterando la cotidianidad comunitaria.
Fanáticos
ciudadanos desencadenarán actuaciones propias de irreverentes caprichosos, que
no admiten errores, mucho menos consejos, solo se enfocan en aumentar
posibilidades triunfalistas para sus patrones.
Desde
ya se observa que las próximas contiendas estarán para alquilar balcón, sin olvidar
la obligación que tenemos como colombianos, participar de este evento
constitucional, y de esta forma empezar a cambiar la historia.
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