Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Sin embargo, nuevamente los ‘gringos’ nos vuelven a dar cátedra en organización y disciplina en el momento de participar y ejercer su derecho al voto. Los candidatos, el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney mantuvieron la cordura y prudencia al momento de dirigirse a sus potenciales seguidores; los programas de gobierno aunque con algún matiz popular, siempre fueron soportados en base a una realidad política, económica, austera y cultural, pensando en la sostenibilidad financiera y expansionista característico de la nación del norte.
No podemos equivocarnos ahora que ha sido reelegido el presidente Obama, las cosas para Colombia no van a cambiar a su favor, por el contrario, por la misma exigencia que tiene el gobierno de Estados Unidos de equilibrar su economía interna, está obligado a implementar nuevas estrategias económicas externas y ajustar lo que ya tiene en operación, significando complicaciones para sus aliados.
En este orden, casi es un hecho que se reduzcan los recursos que desde hace un tiempo atrás se venían inyectando en el famoso Plan Colombia ahora la Seguridad Democrática; prácticamente se traducirá en limitar la poca inversión social y cualificar el apoyo militar.
No se puede perder de vista que Obama pactó un compromiso con la sociedad norteamericana en mejorar las condiciones laborales, fortalecer el sistema de salud, generar empleo y corregir el déficit fiscal. Es claro para los latinos residentes en ese país, se abre una luz de esperanza en la formalización de su estadía; se viene una bondadosa política en favor de la inmigración.
Algo que deja sin sabores a los gobiernos derechistas de países del resto de América y porque no a los de la Unión Europea es que, poco o nada se los mencionó en las campañas de los dos candidatos, solo la preocupación estuvo fijada en China y Japón, debido que estas naciones si representan un verdadero peligro para los intereses económicos estadounidenses.
En América del Sur, especialmente los países de tendencia socialista, a partir de la fecha observan con mayor tranquilidad que la intromisión gringa disminuirá, permitiendo fortalecer sus propios modelos socioeconómicos con autonomía, sostenibilidad y soberanía.
Pero la preocupación crece para Colombia, un estado dependiente en alto porcentaje de Estados Unidos y que no ha preparado un plan B si en algún momento el ‘Tío Sam’ empieza a abandonarlo. El triunfo de Barack Obama significa que mantendrá el ojo puesto en el medio oriente, la pelea con Venezuela, la prevención con los ‘tigres del oriente’, el bloqueo con Cuba y cualquiera que le desafié.
La diplomacia y táctica del presidente Obama le ha facilitado el trabajo de continuar con su política de dominio internacional, ya que muchos gobiernos americanos confunden estas cualidades con actos benevolentes en favor de los oprimidos.
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