Por: Iván Antonio Jurado Cortés
Colombia no puede concentrarse en la metodología capitalista tal como lo hacen otros países del planeta, ya que el 75% de su población no supera la línea de pobreza, ni tiene la proyección de realizarlo a corto o mediano plazo; por el contrario todo apunta a ahondar la crisis social y económica, debido a la soberbia y egoísmo de unos pocos capitalistas criollos acolitados por financistas extranjeros en insistir que, la inclusión de parámetros técnicos en pro de convertir al hombre en una máquina de fabricar ‘plata’ por encima de la dignidad y la ética es la mejor herramienta para consolidar un ‘progreso’ social.
Han pasado más de veinte años desde que se aplicó la Constitución de 1991, que fue producto de una necesidad comunitaria que por décadas venia clamando igualdad y justicia social, especialmente en inclusión. Este proyecto político revivió la esperanza de millones de compatriotas sometidos a directrices gubernamentales basadas en una arcaica legislación conservadora y discriminatoria. Sin embargo, con el paso del tiempo todo fue transformándose en mera ilusión óptica e inalcanzable para el colombiano de a pie. Hoy observamos que la mencionada carta magna ha perdido su esencia fundamental, gracias a la intromisión capitalista en la mayoría de articulados.
Hoy en día se habla de la crisis en el sector salud, uno de los derechos fundamentales que cualquier nacional debe gozar. No se puede desconocer que antes de la creación de la famosa Ley 100 de 1993, ya existía el problema de sostenibilidad financiera en varios centros hospitalarios del país, todo como consecuencia del alto nivel de corrupción y abandono estatal. Después de 19 años de haber entrado en vigencia esta mercenaria Ley, solo se concluye que fue maquiavélicamente engendrada para beneficiar el bolsillo de vividores del erario público, personas inescrupulosas preparadas técnicamente con el objeto de hipnotizar a las masas populares a favor del capital. Desde el inicio siempre pensaron que uno de los negocios más lucrativos era la salud.
La aparición de las EPSs particulares es el reflejo de las intenciones mercantiles, afectando drásticamente el derecho a una vida saludable y por ende marchitando la esperanza de vida a miles de colombianos que a diario son víctimas de este sanguinario acto terrorista, negociando un bien inalienable del ser humano. Sin lugar a dudas que este ha sido una de las acciones genocidas más absurdas de la historia social. El peor error del Estado fue haber delegado la administración de la salud a personas particulares, donde lo único que los mueve es el signo pesos, pasando por encima de las dolencias ajenas. Uno de los casos más sobresalientes en todo este doloroso episodio de la salud fue la quiebra del Seguro Social, dejando a la deriva a millones de ciudadanos que miraban en esta entidad estatal un mínimo alivio.
Ahora vuelve y juega el tema de la reforma al sistema de salud, y cada vez es con mayor auge la exigencia de una mejor y oportuna atención. Todo el personal médico y operativo de los hospitales y clínicas manifiesta la necesidad de combatir estructuralmente esta compleja problemática. En la última Asamblea de la Federación Médica Colombiana llevada a cabo en la ciudad de Cúcuta, el presidente de esta importante organización conjuntamente con los 21 presidentes de los colegios médicos departamentales fueron enfáticos en manifestar que el actual esquema de salud adolece de fallas estructurales y de procedimiento; que la federación en pleno es partidaria de la eliminación de intermediarios financieros con ánimo de lucro, de la creación de un nuevo sistema de salud y de la implementación de una estrategia de atención primaria.
Y es que los nefastos resultados están a la vista; resumiendo que el 95% de los hospitales nacionales presentan déficit fiscal profundo, siendo la principal causa el no pago oportuno de las EPSs contratadas o mejor dicho las empoderadas de cada institución estatal. Las estadísticas muestran que al menos cinco hospitales se cierran diariamente, todos como consecuencia de los crecientes endeudamientos.
Lo preocupante de toda esta historia es el sistema político impuesto en el país del “Corazón de Jesús”, con un enfoque capitalista donde la prioridad es el factor dinero por encima del sentir común de la población. El gobierno ha expresado la urgente necesidad de corregir esta situación, pero en ningún momento ha pensado en presentar una propuesta de fondo, solo se limita a la liquidación de muchas EPSs a cambio del fortalecimiento de otras, especialmente las que presentan solvencia económica.
Con lo anterior solo se prolongará la agonía de una sociedad enferma, consecuencia de un sistema de salud desequilibrado, injusto y ausente de una metodología de promoción y prevención más que de cura. La urgencia ha tocado fondo, y es en este momento donde se debe proponer y apoyar una solución definitiva a esta crisis endémica que por años ha venido cobrando millones de vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario